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Opinión

Toda denuncia, y sobre todo cuando se trata de corrupción, es un reto en la cobertura periodística, pero Lava Jato y Odebrecht en concreto resultan una prueba de fuego de cobertura, una tarea que requiere minuciosidad, organización, perseverancia en el rastreo de indicios y un gran trabajo de fuentes.

En ese sentido, los medios que cuentan con periodistas de investigación experimentados o con el respaldo de una unidad dedicada a ello llevan una ventaja. La experiencia, el instinto y el olfato desarrollado lo dan la sucesión de investigaciones desarrolladas, las frustradas y las que se publicaron con éxito, es decir, que fueron rigurosas y contundentes.

La investigación periodística es una especialidad y como tal también requiere capacitación permanente en herramientas, pero también un liderazgo interno que sostenga y defienda su trabajo y sus recursos. La especialidad es muy pocas veces comprendida por las administraciones y algunos dueños de empresas periodísticas; y esta situación no es exclusiva del Perú.

Incluso en tiempos de reducción de gastos, en muchos casos los primeros recortes pasan por el área de investigación, sobre todo si se aplica esa injusta medición gerencial del trabajo periodístico: número de páginas o de textos o extensión promedio por periodista contratado. El periodista de investigación muchas veces es mal evaluado internamente por escasa producción versus un alto uso de recursos.

En algunas salas de noticias, se pide que estos periodistas también participen en la cobertura diaria, en el reporteo del día a día, pero con ello tienen la cabeza, los horarios y las tareas partidos. La concentración y los progresos en cada investigación así son más difíciles.

El trabajo de los periodistas de investigación se ve recompensado con el reconocimiento de su trabajo al publicar una denuncia contundente, con indicios, testimonios, fuerza y coherencia. Y esta coyuntura terrible de Lava Jato es una en la que los periodistas curtidos y los jóvenes de vocación investigadora pueden contribuir con su información y hallazgos a la defensa de la democracia y a la construcción de una ciudadanía informada.

La semana pasada comentaba respecto a las informaciones que provienen desde Brasil, que se debe informar de modo que los lectores no vayan a interpretar que se pretende proteger a un eventual denunciado o se quiere hacer cargamontón sin fundamento contra otro. Ello fue a raíz de las noticias que llegaban desde Brasil y que involucraban a Keiko Fujimori. La confirmación de la fiscalía brasileña de una anotación en un celular de Marcelo Odebrecht con el nombre de la ex candidata presidencial ya se dio. Esperamos con expectativa la cobertura que el diario hará a partir de la entrega oficial de ese hallazgo.


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