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Opinión

Sebastião Ferreira,Columnista invitado
Hasta poco tiempo atrás, el modelo político y económico montado por el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil parecía prosperar. Con 12 años en el poder, en tres mandatos, el modelo PT parecía digno de repetirse en otros países. Sin embargo, las marchas de junio del año 2013 y el actual proceso electoral hacen pensar que las cosas no están fáciles para el partido oficialista.

El modelo del PT tiene cinco pilares:

1. La utilización del banco estatal BNDES (un banco mayor que el BID) para comprar a los empresarios mercantilistas con créditos subsidiados.

2. El programa Bolsa Familia, que atiende a 16.2 millones de hogares y le permite al Partido de los Trabajadores contar con un electorado cautivo.

3. Una burocracia pública mantenida por un Estado que absorbe casi el 40% del PBI brasileño, y le garantiza una fuerza de clase media.

4. Una alianza con otros partidos sobre la base del reparto de los privilegios del poder, los recursos del Estado y las empresas públicas, como Petrobras.

5. Un discurso de polarización social (pobres contra ricos) que le permite presentar sus acciones como de justicia social y descalificar moralmente a la oposición.

El modelo político del PT se está agotando. Desde el año 2011, la economía brasileña ha languidecido con un crecimiento anual de solamente 1.9%. La inflación de 6% está afectando los ingresos de la población. Hoy los pobres sienten la carestía, los escándalos de corrupción (Mensalão, Petrobras, etc.) avergüenzan al país, la clase media se siente frustrada y muchos empresarios están perdiendo la confianza en la capacidad del PT para manejar el país.

La intención del PT es eternizarse en el poder, y no está derrotado. Los pilares de su poder, aunque desgastados, siguen operativos, y en Brasil nadie sabe más de propaganda política que ellos. Todo va a depender de la habilidad de la oposición para neutralizar la campaña de demolición petista.


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