22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

Aldo Mariátegui,Ensayos impopulares
Hacía días que esperaba que la rojimia La República haga una movida en favor de su compañero ideológico Diego García Sayán, más allá de las odas de amor que su también camarada Mirko Lauer le canta siempre en sus columnas. Por eso ayer apareció una muy complaciente “entrevista” (más bien una virtual lustrada de zapatos de la coleguita Ana Núñez), donde el buen Diego nos pretende hacer creer que él no movió un dedo y que más bien “sorpresivamente” le invitaron a ser el candidato peruano a la Organización de los Estados Americanos (OEA) (¡bien que se muere y se mueve hace tiempo por el puesto!), lo que aceptó tras una “reflexión conjunta” con ese lamentable canciller que tenemos.

Como es su costumbre, García Sayán se victimiza, finge ponerse por encima de todo y se hace el sufrido héroe, atribuyendo todas las críticas a su persona solo a que combatió la corrupción fujimorista. Y siguiendo una ancestral costumbre limeña, desestima –sin contestar– los cuestionamientos hacia su persona como “calumnias” (el otro recurso limeño típico es tildarlas de “insultos”, porque en el Perú hablarle directo a alguien es insultarle). Incluso, este es tan narcisista que hasta llega a afirmar que “ha dado prueba en su vida de compromiso efectivo y activo en la lucha real contra el terrorismo” (¿?), que TODAS las críticas contra él son “inventos” (¿?) y que es “constitucional y políticamente cuestionable” que desde el Congreso de la República se discuta que el Ejecutivo haya lanzado su candidatura. (¿Qué se cree?). En todo caso, me alegra que confiese que mis columnas le indigestan, pues le cuento que leer los mamotretos aburridos que escribe en La República o escuchar sus disforzadas caviaradas a mí me dan arcadas.


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