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Opinión

“Las adolescentes que sufren un embarazo no planeado suelen enfrentar la interrupción de su vida escolar”.

Estamos, como de costumbre, enfrascados en discusiones inútiles sobre lo que opina la Iglesia de nuestras leyes. La Conferencia Episcopal Peruana le reclama al sistema de justicia por la medida cautelar que ordena al Estado distribuir la píldora del día siguiente de forma gratuita. Dicha píldora ya se vendía en farmacias para las mujeres que tuvieran dinero, y ahora el Estado la ofrece sin costo alguno, para las que no lo tienen. Enhorabuena.

Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2014, el 22% de adolescentes de áreas rurales se embarazó y el 86% de ellas no alcanzó la secundaria. Las adolescentes que sufren un embarazo no planeado suelen enfrentar la interrupción de su vida escolar, una vulnerabilidad mayor a adquirir enfermedades de transmisión sexual y el incremento de riesgos de muerte de ellas y sus bebés.

La medida es coherente con un plan multisectorial del 2012 al 2021 que propone incrementar la cifra de adolescentes que terminen la secundaria, incluir educación sexual en la currícula escolar y aumentar en 50% la prevalencia del uso de anticonceptivos modernos en adolescentes sexualmente activos (as). El plan también contempla postergar la edad de inicio de la actividad sexual, pero esta quizás sea una meta utópica. Y es que esta no puede ser una discusión moral. Es una realidad, igual que tantas otras que las iglesias se empeñan en negar, como si con eso pudieran hacerlas desaparecer.

Un dato espeluznante es que 4 de cada 5 denuncias de violación sexual contra mujeres en el Perú es de menores de edad. De ellas, el 10% tendría menos de 10 años de edad y el 25% entre 10 y 13, y más del 45% entre los 14 y 17.

Lo que hemos logrado con la medida cautelar es urgente y es, sobre todo, una opción. Si a la congresista Patricia Donayre no le satisface porque es católica, como ha declarado, que se preocupe de no tomarla y deje a las demás elegir. Lo mismo el cardenal, los sacerdotes y laicos consagrados como Rafael Rey, que intentan sembrar culpas mostrando horribles fotos de abortos.

La píldora del día siguiente no mata a nadie y ya es un derecho, les guste o no. Ustedes eligieron un camino sin sexualidad. Entonces sean humildes con lo que no saben y no se metan. ¿Defienden la vida porque es voluntad de Dios? Entonces ¿la violación y los abusos del clero también lo son? ¿Qué quieren imponer y amparados en qué poder? Somos un Estado laico. Si están desesperados porque sienten que van perdiendo el control sobre las mujeres, entonces sean más creativos y busquen otras formas de atraerlas a su credo.


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