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Opinión

“Si le permitimos al sistema educativo fomentar el respeto por la igualdad de derechos sexuales entre hombres y mujeres, tendríamos menos violencia sexual”.

Una encuesta realizada por Unicef revela que el 60% de los niños latinos tiene celular desde los 12 años. Si podemos comprarles celulares a nuestros hijos (a menos que ellos mismos ahorren para eso, como la mía), probablemente lo haremos, entre otras cosas porque así podremos comunicarnos cuando estén fuera de casa. Y en ese aspecto admiro cómo nuestros padres podían dormir cuando nosotros salíamos y, hasta que no regresáramos, ellos no sabían si estábamos vivos o muertos. Esa es la parte noble del asunto y la que nos otorga lo que yo llamo “la fantasía del control”, fantasía, insisto, porque lo que no vemos en los celulares de nuestros hijos es bastante más peligroso.

Se habla mucho de esto en las reuniones de padres de familia, permitir o no, controlar o no. Y cada vez me convenzo más de que tenemos que saber qué está pasando dentro de los celulares de nuestros hijos, lo cual a mi parecer requiere de una amplia y esforzada comunicación con ellos.

Hace unos meses encontré la palabra “puta” sobre la pantalla del celular de una menor de edad que estaba a mi cargo. Era un niño que le decía que si cambiaba mucho de enamorados iba a parecer una puta. Hablé con el niño y le dije que estaba muy equivocado si pensaba así y que si volvía a usar ese lenguaje con la niña hablaría con sus padres. El niño me respondió que él le estaba aconsejando a la niña y que yo en lugar de llamarle la atención tendría que disculparme.

Podría dedicarle páginas enteras al carácter abusivo y machista de su respuesta, pero vamos al grano: Si yo no hubiera intervenido, la niña podría creer que esa descalificación es normal y que (como piensa su “consejero”) si un niño tiene varias novias es un bacán pero si una niña lo hace es una puta. Y aquí se rompe un paradigma: el niño en cuestión va a uno de los colegios más caros del Perú.

Lo anterior me lleva a una reflexión urgente: es irresponsable decir que la sexualidad debe enseñarse en casa y no ser promovida por el Ministerio de Educación. Porque estoy segura de que lo que ese niño escribió lo ha escuchado en su propio entorno familiar, y eso es muy peligroso, más si luego no puede ser cuestionado y discutido en clase con sus maestros.

Si le permitimos al sistema educativo fomentar el respeto por la igualdad de derechos sexuales entre hombres y mujeres, tendríamos menos violencia sexual. Porque lamentablemente el problema de fondo está en casa, y es el machismo de los adultos.


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