Que el APRA se modernice es buena noticia

No es la primera vez que me pronuncio a favor de la apertura en los partidos. El Partido Aprista en su último mitin por el Día de la Fraternidad dio más luces sobre los cambios que se avecinan en su interior. Dos fuerzas han coincidido para ello: la militancia emergente que busca ser parte del cambio –la generación de Internet y la globalización– y aquella que nace por iniciativa de su máximo líder, que siente que no es bueno que los partidos excluyan a los que no tienen carné partidario.

Un líder estadista vislumbra un mundo sin él como protagonista porque siente que la energía que dará fuerza al movimiento del futuro estará llena de su pensamiento y de los cambios que formuló en vida.

Buscar que los ciudadanos que no pertenecen a los partidos participen en las elecciones internas para elegir a los candidatos en las diversas instancias de gobierno es un gran avance para la creación de una ciudadanía absoluta, aquella que rompe con la idea que el tener un DNI per se nos convierte en ciudadanos.

La modernización del Apra debe ser imitada por las demás agrupaciones. Los buenos tecnócratas no deben pertenecer solo al partido de gobierno de turno; los hay en todas las filas políticas. Y esto lo ha entendido muy bien Alan García.

El monopolio de las luminarias es cuento que nadie se lo cree ahora. Si personas no partidarizadas coinciden con un partido político en sus objetivos sociales, y esto genera la energía que permita crear mejores condiciones de vida para el país, bienvenida sea su participación.

Los partidos, que son las verdaderas escuelas de gobierno, deben inyectarse de modernidad, de pensamiento global, con la ruptura y creación de nuevos paradigmas a la vez. Abrir la cancha para la participación ciudadana e incorporar militantes de la democracia y no solo de los partidos son parte de la modernidad institucional que se requiere para avanzar con mayor firmeza.