Entramos al departamento de Jean Pierre Magnet y apenas se percata que hemos llegado. Recibe llamadas, coordina, luce preocupado. No sonríe para nada, hasta parece un poco molesto, de pocas palabras. Entre otros temas, coordina la presentación de Serenata de los Andes, del 5 y 6 de setiembre, en el Gran Teatro Nacional. Prendemos la grabadora y nos recibe el gran Magnet.
Usted es músico, coordinador, empresario, ¿qué más?
Antes yo hacía todo, pero ahora tengo la ayuda de Marlene Miya-shiro, una mujer que me cayó del cielo. Pero evidentemente estoy al tanto de los diseños, del personal, etc., es importante hacerlo.
Es un músico independiente
Sí, claro, desde la época de los Traffic Sound, cuando tenía 17, 18 años. Me dio la posibilidad de probar un estilo de música, como el rock, pero uno creativo. En esa época todas las bandas eran diferentes. Uno crecía tratando de ser diferente. Tengo la libertad de un músico independiente porque tengo ideas creativas.
¿Y qué le falta explorar?
Recién en los últimos seis años estoy explorando mi capacidad creativa, gracias a Serenata de los Andes, donde escribo la música, la grabo y la ejecuto. Ahora tengo los medios para expresar mi creatividad. Siento que estoy desarrollando algo.
Vivió 12 años en el Country Club y ahí conoció la música.
Viví ahí hasta los 13 años, y a los 9 años más o menos descubrí la música. Mi habitación colindaba con el restaurante donde había música en vivo. Todas las noches dormía con esos sonidos. Era un buen quinteto, me arrullaba. Y decidí ser músico.
Pero iba a ser economista.
Llegué hasta la pre de la Católica, de Ciencias Económicas. Estuve un año y pico y luego decidí estudiar música. Mi semilla fue la música. En realidad, a los 10 años lo decidí. Fui donde mi padre y se lo dije. Él, feliz, me compró el saxofón a los tres días.
¿Es cierto que fue músico ambulante en EE.UU.?
Sí. Estuve como un mes en San Francisco, después de haber estudiado nueve años. Estaba harto de tener la mochila llena de conocimientos y no aplicarlos. Lo principal para mí es tocar. Y vi en vivo a mi ídolo máximo Sonny Rollins, en Boston. Tocaba solo y dije… pucha esto es lo que tengo que hacer. Terminé el semestre y me fui a la calle a tocar. Muy linda experiencia.
¿No sintió vergüenza?
Sentí timidez, me sentí raro, por lo menos las primeras dos horas, después ya agarré pista. Durante un mes toqué una sola canción: “Isn’t She Lovely”, de Stevie Wonder.
¿Qué tal la reacción de la gente?
(Risas). Ahí…, recibía mis 15 dólares diarios en promedio, y de eso viví.
¿Cómo ha sido su relación con el saxofón?
Muy personal, muy emotiva. Todas mis emociones y vivencias las he compartido con mi saxofón. Cuando mi padre vino de Francia, me dio su canción favorita: “Mi corazón es un violín”. Y la he tocado en el entierro de mi madre, en situaciones muy emotivas. Mi relación con la muerte es cercana, pues mi padre falleció cuando yo tenía 13 años, me enfrenté a la muerte a esa edad. Esa melodía la he tocado para mucha gente que conozco, de puro amor, en velorios, entierros.
¿Cuando toca el saxofón es como conversar con su padre?
Y con mi madre.
Cuando un padre o una madre se van, su ausencia queda como una llaga en el cuerpo.
Es un momento de la vida muy importante.
¿Y por qué su apego musical a lo andino?
Cuando vivía en el hotel escuchaba música andina. Entonces, a través de los diferentes rubros musicales que he practicado, llegué a preguntarme qué me sale con más naturalidad: lo andino.
Y el saxofón es un clásico del Ande.
Claro, desde chico relacionaba los saxofones con el valle del Mantaro, y poco a poco me fui identificando con la música andina. Empecé con Wayruro, con José Luis Madueño. Luego vino Serenata de los Andes. No soy un estudioso de la música andina, lo hago naturalmente. Claro, me falta… Estoy en pañales en medio del abanico de posibilidades andinas que hay. Por eso tocar ahora con Manuelcha Prado, que está invitado al concierto del Gran Teatro Nacional, me abre a mí también otra posibilidad más profunda.
¿Por qué el nuevo disco de Serenata de los Andes se llama Fanqui Mamacha?
Es por una canción del disco que yo la veo como una alucinación del mundo andino, y en el medio de la canción hay un ritmo funk. El ritmo andino se mezcla con cualquiera del mundo. Eso lo hemos comentado con Alex Acuña.
¿Qué más trae este nuevo disco?
Está Alex Acuña en la percusión. Le he dado prioridad a la parte sinfónica, a los violines. Me he inspirado mucho en el Perú, en darles alegría a los que me escuchan, visualizar el mundo andino y poder llegar a las puertas del cielo, que es lo sublime.
Y también se viene el regreso de Traffic Sound.
Así es, el 17 de octubre, en el Peruano Japonés. Y con Perú Jazz también tenemos un lindo concierto el 17 de noviembre, en el Gran Teatro Nacional. El 11 de diciembre estaré tocando en París, en la Iglesia de la Madeleine, y luego toco en Zúrich. Ah, y el 9 de setiembre estaré con Perú Jazz en un festival en Bolivia.
¡Qué tal cierre de año!
Ojalá que mi corazón aguante…
Va a cumplir 66 años, ¿cuál es el balance de vida que haría?
El éxito es el resultado de haber hecho una actividad con pasión, que viene del convencimiento de que estás en el camino correcto y esto último es el análisis simple y elemental de dedicarte a pensar primero para qué has venido a este mundo, porque todos tenemos una misión, y la principal es ser feliz.
¿No siente que cuando murió su padre, él ilumino su camino?
Sí, porque la muerte te da un regalo también, un camino, una vivencia.
AUTOFICHA
■ “El 5 y 6 de setiembre celebraré el lanzamiento del nuevo disco de Serenata de los Andes: Fanqui Mamacha, en compañía de Manuelcha Prado y el Elenco Nacional de Folclore del Perú, dirigido por Fabricio Varela”.
■ “Para la función del domingo 6 las entradas cuentan con un descuento especial. Si aún no tienen sus entradas, corran por ellas a Teleticket de Wong y Metro”.
■“El nuevo disco de Serenata de los Andes fue mezclado en el Centro Ático de la Facultad de Música y Audio de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, bajo la experiencia de Gonzalo García”.
Por Mijail Palacios Yábar (mpalacios@peru21.com)
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