Sofía

Carolina Trivelli,Sumas y restas
Economista

Las principales entidades de investigación en ciencias sociales han lanzado una iniciativa para visibilizar el aporte de las mujeres investigadoras al mundo de las ideas, propuestas y debates sobre políticas públicas en el Perú. La iniciativa se llama Sofía. El primer producto de Sofía es un directorio, con información de 85 profesionales que investigan, que publican y que contribuyen al debate desde las ciencias sociales (y puede hallarse en http://www.cies.org.pe/es/directorio-de-mujeres-profesionales-en-las-ciencias-sociales-peruanas). El directorio lanzado por Sofía busca visibilizar lo que hacen y lo que aportan las mujeres desde las ciencias sociales. Visibilizarlas es central para atraer a las jóvenes a esta área de trabajo, pero también para lograr mayor difusión de sus aportes y una mayor presencia en la esfera pública. El directorio aporta a la construcción de referentes femeninos en nuestras ciencias sociales.

Sofía nos desafía a romper el sentido común sobre las mujeres en la investigación social. Se nos repite que son pocas, que no generan estudios pertinentes o útiles y que no inciden en las políticas ni en los debates. Se suele sugerir, además, que no solo son pocas, sino que, en general, tienden a tener insuficientes calificaciones. Por ello, no son visibles como colectivo.

Las mujeres incluidas en el directorio tienen postgrados, buena parte son doctoras, publican en múltiples formatos y para varias audiencias. Muchas han pasado por la función pública, y tienen propuestas y sólidas opiniones sobre distintos aspectos, en particular sobre temas sociales. La mayor parte de ellas trabaja en universidades y comparte sus actividades de investigación con la docencia. A pesar de todo ello, su presencia en eventos y seminarios y en los medios tradicionales de comunicación tiende a ser mucho menor que la de sus pares varones. Aún es un directorio básicamente limeño, pero Sofía sale a provincias a buscar más investigadoras. Arequipa es uno de sus próximos destinos.

Ante la evidencia que nos muestra Sofía, debemos preguntarnos si esta relativa invisibilidad de las mujeres investigadoras en ciencias sociales es por desconocimiento (no las conocemos, son demasiado pocas) o porque mantenemos prácticas que las discriminan en la esfera pública.

El desafío de avanzar hacia unas ciencias sociales más inclusivas nos obliga a tomar acciones, expresas e intencionales, para lograr iguales oportunidades entre investigadoras e investigadores. Sofía ha dado el primer paso, hay que apoyar este esfuerzo. Hacer visible lo que aportan las investigadoras marca un buen inicio. Hay que lograr que este esfuerzo convoque a otras a mostrar lo que hacen, invite a las jóvenes a seguir en esta ruta y, sobre todo, atraiga a los varones a ser parte de Sofía. Todos queremos estar en el radar de Sofía.