El discurso del presidente Kucyznski debe estar centrado en lo siguiente:
1) Apoyar al nuevo contralor y las ideas de reforma que tiene.
2) Presentar al Congreso una propuesta de reforma integral del Sistema Nacional de Control, tal como lo sugirió la Comisión Presidencial de Integridad.
3) Ídem con respecto a reformar la Contraloría, haciendo una depuración profunda y dotándola de herramientas y recursos humanos y tecnológicos, para que cumpla un rol diferente: que pase de un enfoque anticuado de “trabador” a uno moderno de prevención y control, con especialistas probos y expertos en auditoría forense, que combata lo que vemos todos hoy en día: la peligrosa relación que se ha creado entre (el mal ejercicio de) la política y los malos agentes económicos. Hasta ahora la Contraloría no ha descubierto ningún caso grande y debe ser capaz de prevenir y combatir la gran corrupción y para eso se requiere reformarla por completo.
4) Involucrar a la sociedad civil y a la empresa privada en la solución del problema. Allí hay un espacio de liderazgo que el presidente está dejando.
5) Finalmente, ejercer un mejor liderazgo en promover reformas (la política y la judicial) para corregir aspectos centrales que promueven la corrupción política con nefastos efectos en la economía y desarrollo del país.
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