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El Mensaje a la Nación: El discurso más esperado (y que usualmente no se cumple)

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Cada 28 de julio guarda una tradición que lo encumbra como el discurso más importante del año.

Pablo Vilcachagua

Pablo Vilcachagua

@pablovil

El Mensaje a la Nación, el tan esperado discurso del presidente ante el país cada 28 de julio guarda una tradición que lo encumbra como el discurso más importante del año. El Congreso sirve de escenario para que el mandatario haga un balance de su último año de gestión y de los anuncios más importantes de los meses por venir.

Pedro Pablo Kuczynski arranca su segundo año en medio de expectativas

PPK esta mañana dará el suyo. Será el primero tras su investidura presidencial del 2016, donde las sonrisas abundaban y el Congreso, con mayoría fujimorista, parecía sonreír. El 2017 es diferente, con una crispación política entre bancadas y cambios ministeriales, PPK dará un mensaje que será analizado al milímetro.

Debe ser aprovechado


Como opina el analista político Luis Benavente, un mensaje presidencial se presenta como el discurso más importante del año para un mandatario, la oposición, funcionarios públicos y la población. Es por eso que junto a las palabras narradas por el mandatario, se construye un escenario ideal para que comunique sus propuestas.

“Hay varios temas del mensaje que se encuentran alrededor del mensaje. Me explico: se trata del mensaje más importante del año, el cual se da en el Congreso y en el marco de la celebración de Fiestas Patrias. Esto debe ser aprovechado altamente en términos de comunicación política porque el mandatario tiene la atención exclusiva sobre él y por lo tanto debe de dar mensajes de alto impacto y concretos“, explica Benavente.

Sobre esto, el también especialista en política, Diethell Columbus , menciona que los últimos presidentes han hecho del mensaje presidencial un reflejo de cómo se conducía su gobierno. Es así que las palabras de Alan García fueron en su mayoría políticas, mientras que Humala “no cumplió sus propuestas, menos su hoja de ruta”.

Sobre PPK, Columbus indica que en 2016 dio un mensaje técnico, poco realista y gris. “Este año debe tener un mensaje cauto, menos soñador. Necesitamos propuestas concretas de ejecución. Ya no se trata de decir vamos a poner agua potable en todo el Perú, sino decir ‘vamos a hacer este proyecto, este será el encargado’”, puntualiza.

PPK llega a Palacio tras ser investido como presidente en 2016. (Perú21)

Expectativa


Como menciona Luis Benavente, el mensaje presidencial acapara la expectativa de gran cantidad de actores políticos, aunque en cifras concretas el análisis posterior y las críticas sobre lo expuesto solo atraiga a un número menor de peruanos.

“Solo un 20% es la ciudadanía interesada en la política en todos los niveles socioeconómicos. Al otro lado de la población le interesa más el desfile militar”, menciona el especialista.

Para el analista político, lo expuesto por los mandatarios usualmente no se cumple en su totalidad, por lo tanto la población debe esperar con una actitud cauta. Del mismo modo, opina Diethell Columbus quien señala que en el caso de PPK no “espera nada”.

“La ciudadanía debe ser más realista y no esperar nada del mensaje presidencial porque esperar mucho y que después no se haga nada va a decepcionar. Es importante no el discurso sino lo que viene después del discurso”, menciona.

Además, ambos coinciden que los temas tratados por PPK se deben de centrar en temas puntuales de agenda como la corrupción, la inseguridad y educación.
Por último, tanto Columbus como Benavente creen que el discurso presidencial es un buen momento para hacer un mea culpa de los errores que se cometieron durante el año de gestión o de las propuestas que se dejaron de hacer. Sin embargo, no recuerdan casos donde algún mandatario haya optado por esta actitud.

“Los políticos consideran que admitir defectos es darle carne a los leones. Eso no es así. Si uno pide perdón automáticamente se baja la tensión. Si el otro sigue criticando se demostrará que quiere seguir peleando. Es saludable la autocrítica sincera, franca. Debemos recordar que no es un mensaje solo a los opositores sino también para los funcionarios, para que se pongan las pilas en caso hayan cometido errores”, detalla.

Expectativa versus realidad.

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