26.NOV Martes, 2024
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Pedro Pablo Kuczynski: “La repartija fue el quiebre con el PPC”

El expremier asegura que nunca le informaron sobre las negociaciones en el Congreso y no aceptaron sus propuestas.

Kuczynski habló de todo. (Foto: Luis Gonzales)

Carlos Castillo Cordero
ccastillo@peru21.com

El excandidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski revela los motivos de la ruptura de la Alianza Por el Gran Cambio (APGC). Destaca el error presidencial de haber hablado de crisis y de estar mal informado.

Hace unos días, el presidente Humala afirmó que la crisis ya llegó al Perú. ¿No le parece alarmista ello?
Lamentablemente, alguien no le informó bien lo que está pasando. La crisis financiera internacional llegó entre 2008 y 2009, no en 2013. ¿Qué pasa ahora? Hay una desaceleración económica en China cuya dimensión no se conoce y, por ello, importan más alimentos y menos metales. En Estados Unidos, la interpretación de los mercados de que la Reserva Federal podría frenar la expansión monetaria ha hecho que las tasas de interés suban y, por consiguiente, los especuladores que huían de Estados Unidos y Europa hacia América Latina se están retrayendo. El resultado es una devaluación en Latinoamérica, y eso genera temores de inflación.

Usted advirtió que la devaluación del sol impactaría en los precios de los productos importados, como trigo y petróleo. ¿Pudo evitarse?
Es difícil evitarlo porque nadie proyectó que esto iba a pasar hace ocho semanas. En ocho semanas se volteó el panorama. El BCR tal vez debió actuar un poquito más rápido vendiendo dólares, pero también ahí hay un peligro: si los especuladores saben que los van a rescatar, seguirán especulando. Hay un reverso de la moneda que es positivo, y es que un tipo de cambio de 2.80 o 2.90 soles genera un ambiente mucho mejor para la industria nacional y la agroindustria.

En el Gobierno hablan de “vacas gordas y vacas flacas”…
Parece que nadie le advirtió al presidente que una de las principales agencias calificadoras de crédito, dos días después, iba a aumentar la calidad crediticia del Perú notablemente. Alguien le dice al presidente que hay crisis, pero en Nueva York se cree que es todo lo contrario y que el Perú se está defendiendo mejor que muchos otros países y, por consiguiente, nos aumentan la percepción de calidad crediticia de triple B a Triple B+, y de ahí es un saltito para llegar al Huascarán en créditos.

¿Diría usted que el panorama económico para los próximos meses es incierto?
Hacer las proyecciones económicas es muy difícil porque vivimos en un mundo volátil, pero especulando un poco podemos decir que los próximos 12 meses van a ser débiles.

¿Tiempos de “vacas flacas”?
Yo diría flacuchentas, que hacen gimnasia, que están a dieta, je, je, je. Se crecerá al 3% o al 4% por 10 a 12 meses. Pero, a la mitad de 2014, cuando Europa comience a arrancar y Estados Unidos esté mejor, mantendremos el ritmo de crecimiento de 4.5% o 5%.

Los índices de expectativas empresariales están justo a la mitad entre la confianza y el pesimismo. ¿Es difícil crear el clima de confianza?
La confianza es el resultado de la realidad y de las expectativas, y creo que se pueden mejorar las expectativas. Lo que pasa es que se han dado medidas en un momento en el que no estaba claro que había cierta desaceleración, y han sido muy discutibles. Por ejemplo, se ha dado la legislación para que, a partir del 1 de agosto, todos los que trabajan y sean menores de 40 años ahorren para su pensión. Si bien es una buena medida a mediano plazo, a corto plazo está retrayendo ingresos a los trabajadores. Ha sido dada en mal tiempo porque el problema es el corto plazo. Una nota a pie de página: en el caso de las AFP se ha dado una disposición para que solo puedan ingresar a una AFP. Siempre he dicho que, a mí, esto no me parecía bien, y lo reitero ahora, eso se tiene que revisar.

¿Se han dictado otras normas polémicas?
Se aumentó el impuesto a los licores y a la cerveza y se dio la ley de la comida chatarra. Todo eso, en conjunto, busca que la gente consuma menos gaseosa y menos cerveza, y no es el fin del mundo, pero estas son industrias que crecían al 8% y 10% al año y ahora están decreciendo. No ha sido una medida idónea para el momento. No son problemas centrales pero sí importantes que, al final, se van acumulando. Nuestro grupo, a través de nuestro Instituto País, va a hacer una propuesta sobre qué es lo que pensamos que se debería hacer. El premier dice que se quiere reunir, pero a nosotros no nos han invitado.

Voy a insistir. ¿Cómo generar confianza en esta coyuntura?
La confianza no es artificial, es como el amor: hay que sentirlo adentro. En el Perú hay una tendencia, como en muchos países, que desde la euforia se llega al pesimismo. Hay que deshacer ese excesivo pesimismo. En realidad, el Perú está bien, aquí no hay una crisis, pero la gente se contagia. Oye la palabra “crisis” y entra en trompo. Hay que deshacerse de esa idea y, después, hay que explicar qué se va a hacer para darle un poquito de impulso a la economía. No se necesita tanto y hay que tener una política absolutamente clara respecto del tipo de cambio para que la gente no se preocupe por la inflación, pero hay que tener cuidado.

¿Qué medidas concretas deben aplicarse? ¿Cuál es la receta para esta situación?
Primero, retirar temporalmente algunas de las medidas que acabo de mencionarle, o sea, lo de licores, cerveza, chatarra, AFP… Hay que explicarles bien la política del BCR a los principales gremios y promover un plan de inversiones públicas que sean rentables social y económicamente.

¿Ha llegado el momento en que el Gobierno convoque a la oposición, como hizo Manuel Prado con Pedro Beltrán?
Más importante que eso es que se comunique bien lo que se tiene que hacer. Usted es muy joven, pero Pedro Beltrán era muy crítico del régimen de Prado. Ahora no hay ese nivel de crítica. Al contrario, hay mucho apoyo al Gobierno. Beltrán le pegaba todos los días en La Prensa, e incluso cuando hubo el cambio de gabinete del premier Gallo Porras –y usted puede ponerlo como mala palabra, de repente es apócrifo–, dijo: “La mierda es la misma, solo las moscas cambian”. Por eso, hay que tener cuidado de no caer en eso.

¿Si le ofrecen el premierato, lo aceptaría?
No me gustaría estar en el Gobierno ahora. Yo he estado en varios gobiernos democráticos, he sido funcionario del BCR y he sido ministro. Prefiero concentrarme en mi trabajo, en mi ONG sobre agua, el Instituto País. Creo que hay mucha gente que podría hacer esta tarea, y estoy completamente seguro de que a mí no me van a ofrecer eso, así que no tendré que evaluar ninguna decisión.

¿Cómo ve la situación del Congreso? ¿Le preocupa que la gente lo señale como la institución más corrupta?
Sí me preocupa porque el Congreso es el símbolo de la democracia. Tenemos que levantar el nivel del Congreso. Ha habido algunos problemas. Creo que este tipo de arreglos en los nombramientos (TC, BCR y Defensoría) que yo objeté fue muy decepcionante, dio una muy mala imagen.

¿Eso fue una repartija?
Eso es como le llaman. Hubo algunos nombramientos muy buenos en el BCR que se cancelaron, algunos en el TC también, pero no todos. Al final, terminó en un escándalo.

En esos momentos, usted formaba la Alianza Por el Gran Cambio (APGC) con el PPC. ¿Le plantearon a usted los nombres antes del acuerdo?
No. Yo insistí en mis recomendaciones para el Banco Central, como Waldo Mendoza, Javier Málaga, y no se me hizo caso.

¿Por qué la ruptura de APGC? ¿El presidente del PPC lo responsabilizó?
Mire, el PPC se dividió, se fueron dos damas de la bancada(…) Es muy lamentable lo que ha pasado, hubiera preferido que no ocurriera eso. En fin, ocurrió, qué vamos a hacer.

¿La repartija fue la cereza en el pastel?
Yo diría que el tema de la repartija y todo el procedimiento fue un punto de quiebre.

¿Cree que se requieren cambios en el gabinete?
Uff, regresemos a lo que dijo Pedro Beltrán, ja, ja, ja. Se han hecho algunos cambios buenos. Hay que ver quién será el nuevo ministro de Economía.

¿Por qué lo dice?
Porque entiendo que el ministro (Luis Castilla) a fin de año quiere terminar, y es fundamental que se designe a una persona que conozca bien el tema, que concilie, pero que sea disciplinada en el gasto.

Cree que se apresuró el proceso de Descentralización?
Sin duda, más que apresurar el proceso, no se preparó bien la infraestructura administrativa. Se pudo haber ido más despacio. A mí no me pareció bien, y lo dije en su momento.

DIÁLOGO CON EL GOBIERNO

- ¿Qué expectativas tiene del diálogo? No me han invitado porque tienen la idea de que uno tiene que ser jefe de un partido, y nuestro partido está en formación. Si no nos invitan, tampoco nos vamos a sentir ofendidos.

- ¿Usted quiere ir? Mire, tengo acceso a otros medios y puedo presentarme en las redes con gente que nos acompañe en nuestra propuesta, como Waldo Mendoza, Beatriz Merino, gente que respeto y que conoce mucho sobre estos temas.

- ¿Me da la impresión de que no esperará mucho? Ya veremos qué pasa, pero por el momento es cierto lo que usted dice, je, je, je…

TENGA EN CUENTA

- Urge una reforma. “Tenemos 19 ministros y ministras, y me parece que eso es una insensatez total. Tenemos que reducir a no más de 10. Por ejemplo, Turismo, Cultura y Medio Ambiente están relacionados. También se podría hacer un solo ministerio entre Mujer e Inclusión Social y unificar a las FF.AA. y a la Policía en el Ministerio de Seguridad”.


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