Desde noviembre ya se venía registrando una caída muy considerable en la aprobación de Luis Castañeda, que en estos dos años de gestión había tenido subidas y bajadas, pero siempre con una valoración muy positiva.
Independientemente de los acontecimientos políticos, su popularidad no había sido afectada. ¿Qué cambió? Los encuestados mencionan la mala gestión y una falta de mejora en el transporte, que es el segundo mayor problema para Lima, luego de la delincuencia.
El caso del peaje en Puente Piedra —la respuesta del alcalde y el manejo de esa crisis— quizás sería el detonante para la caída. Esto se acumula a una serie de hechos sobre los cuales la población le estuvo dando el beneficio de la duda a Castañeda.
No nos olvidemos la denuncia sobre la Línea Amarilla y el incendio en Cantagallo, por ejemplo. En el pasado, su estilo poco comunicativo le dio resultados, por eso la gente guardaba la esperanza de que esta gestión iba a tener resultados. Esa expectativa ha caído.
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