Camargo Correa, una de las más grandes constructoras de Brasil, firmó un acuerdo con las autoridades de su país en el que admitió su culpa en los desvíos de la petrolera Petrobras y aceptó colaborar con las investigaciones y a pagar una multa de US$30 millones, informaron hoy fuentes oficiales.
Camargo Correa firmó un acuerdo con el Consejo Administrativo de Defensa de la Competencia (CADE) en el que se compromete a “cesar su involucramiento en el ilícito, reconocer su participación en la conducta investigada y colaborar en forma efectiva con las investigaciones”, según un pronunciamiento del propio organismo antimonopolio.
“Camargo Correa reconoce su participación en las conductas investigadas y se compromete a presentar a la CADE documentos e informaciones para esclarecer los hechos (…). Fueron entregados a las autoridades nuevos documentos e informaciones, emails, agendas y resúmenes de cuentas telefónicas, entre otros”, dijo la empresa constructora en un comunicado.
El pacto de colaboración no otorga beneficios en la esfera penal e incluyó al ex director presidente de la empresa, Dalton Avancini, y a su ex vicepresidente, Eduardo Leite, condenados el mes pasado a 15 años y 10 meses de reclusión cada uno por corrupción activa, lavado de dinero y por integrar una organización delictiva.
Ambos firmaron a su vez acuerdos con la Procuraduría General de la República para contar lo que saben del fraude a cambio de una reducción de sus sentencias, que también les permitirá cumplirlas en sus respectivos domicilios.
Un tercer ex directivo de la constructora, Joao Auler, que presidía el consejo de administración, fue condenado a nueve años y seis meses de prisión efectiva por corrupción activa.
El fallo que condenó a la cúpula de la empresa Camargo Correa detalló en aquella ocasión que las autoridades habían detectado el pago de sobornos para ganar contratos en las refinerías Getulio Vargas y Abreu y Lima por 50 millones de reales (unos 15,6 millones de dólares).
El cártel que amañaba las licitaciones para quedarse con las obras de Petrobras consistía en un arreglo para definir los ganadores y los valores a ofertar, incluyendo sobreprecios de entre 1% y 3% del valor de los contratos para beneficiar a los participantes y para financiar partidos políticos.
Petrobras perdió más de 2.000 millones de dólares por este fraude que involucra a muchos integrantes de la élite política de Brasil, entre ellos decenas de legisladores.
Camargo Correa facturó 26.071 millones de reales en 2014 (unos US$8.147 millones) y entre sus numerosos negocios figura como uno de los 10 mayores productores de cemento del mundo.
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