31.OCT Jueves, 2024
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Orgasmo femenino

“¿Nunca has tenido un orgasmo y estás cansada de fingir? ¿Tienes orgasmos, pero quieres más? ¿Buscas experimentar verdadero clímax y el éxtasis? ¿Necesitas sanar el trauma sexual de su pasado para que pueda ser libre y verdaderamente disfrutar su intimidad? Vengan a uno de mis eventos populares y talleres o desde su propia casa con mis cursos en línea”.

¿Te imaginas cuál es el sonido de un orgasmo? Seguro que sí. Alrededor del orgasmo hay muchos mitos, y verdades, y también muchos sonidos. En España existe un proyecto que tiene el sugerente nombre de “Biblioteca de orgasmos con sonidos reales”, donde se puede escuchar “el auténtico sonido del placer femenino”.

¿Qué tan difícil es para una mujer alcanzar el orgasmo? Algunas dirán que no es sencillo, otras comentarán que es fácil y algunas murmurarán que jamás lo han experimentado y que fingen con sus parejas.

No es la primera vez que ocurre. Greta, nuevamente, se ha quedado sin experimentar un orgasmo. Jorge, su enamorado desde hace dos años, siempre sale feliz después de cada encuentro íntimo: con él no es la cosa. Sin embargo, Greta no ha dicho nada al respecto. “¡Me da vergüenza decirle que no me hace llegar! No quiero herirlo”, cuenta ella.

No es la primera vez que ocurre. Greta, nuevamente, se ha quedado sin experimentar un orgasmo. Jorge, su enamorado desde hace dos años, siempre sale feliz después de cada encuentro íntimo: con él no es la cosa. Sin embargo, Greta no ha dicho nada al respecto. “¡Me da vergüenza decirle que no me hace llegar! No quiero herirlo”, cuenta ella.

El pene no siempre es recto. Muchos varones nacen con el miembro curvado hacia un costado, lo cual puede llamar la atención. “Se ve chistoso, parece un platanito”, dice Melissa (36) sobre el pene de su esposo. Llevan juntos 15 años y siempre le ha parecido curioso ese detalle. “Por suerte, no es muy curvado. No tenemos problemas en la intimidad por ese lado”, agrega. “Mi enamorado tiene el pene un poquito doblado hacia la derecha. A veces tenemos problemas con determinada postura, pero nada grave. Nos podemos acomodar sin mayor complicación”, revela Sandra (29).

Leslie (26) estaba en una clase de Crossfit, una exigente disciplina deportiva que consiste en dar brincos, trepar sogas, cargas pesas, entre otros desafíos físicos. Mientras ella hacía abdominales, experimentó algo inusual: una placentera sensación eléctrica en el área genital. “¡Wow!”, exclamó. Los compañeros la quedaron mirando con gesto de desconcierto.

Leslie (26) estaba en una clase de Crossfit, una exigente disciplina deportiva que consiste en dar brincos, trepar sogas, cargas pesas, entre otros desafíos físicos. Mientras ella hacía abdominales, experimentó algo inusual: una placentera sensación eléctrica en el área genital. “¡Wow!”, exclamó. Los compañeros la quedaron mirando con gesto de desconcierto.

Lo oculto estimula la curiosidad hasta límites insospechados. Cuántos conquistadores españoles se han perdido buscando ciudades de oro como Paititi o El Dorado, ilusionados todos ellos por encontrar la fortuna de sus vidas. De igual manera, ocurre con el Punto G, una zona de supremo placer femenino que ha provocado numerosas expediciones íntimas, muchas de ellas fallidas.

Lo oculto estimula la curiosidad hasta límites insospechados. Cuántos conquistadores españoles se han perdido buscando ciudades de oro como Paititi o El Dorado, ilusionados todos ellos por encontrar la fortuna de sus vidas. De igual manera, ocurre con el Punto G, una zona de supremo placer femenino que ha provocado numerosas expediciones íntimas, muchas de ellas fallidas.

Las rutas del placer son infinitas. Sin embargo, valgan verdades, hay algunas que son extremas. Hace unos días, una curiosa noticia publicada en varios medios causó dolor en los lectores: el caso clínico de un anciano australiano que se introdujo un tenedor en el pene. Terrible. La razón esgrimida por el señor era, básicamente, que así iba a obtener más placer. ¿En serio?

Las rutas del placer son infinitas. Sin embargo, valgan verdades, hay algunas que son extremas. Hace unos días, una curiosa noticia publicada en varios medios causó dolor en los lectores: el caso clínico de un anciano australiano que se introdujo un tenedor en el pene. Terrible. La razón esgrimida por el señor era, básicamente, que así iba a obtener más placer. ¿En serio?

23/01/13 |

Sexy Tips

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Es la pregunta del millón. Caminos hay varios, pero escojamos los consejos que nos ofrece la revista Women’s Health. El primer tip: estimular tres zonas clave durante la relación sexual: el clítoris, la vagina y el ano. Esto se puede lograr con ayuda de las manos o algún juguete sexual. El segundo tip: adoptar una postura idónea para el cunnilingus. Se sugiere que la mujer se siente sobre una almohada y al filo de la cama. Luego, ella debe recostarse, apoyar la cabeza en una almohada y colocar los pies en los hombros del compañero. De esta forma, él podrá estimular los genitales de su pareja con más comodidad. El tercer tip: estimular el punto U. ¿Dónde queda esto? Pues alrededor de la uretra. Según Women’s Health, es un punto altamente erótico y conviene estimularlo de manera solitaria. Es decir, una labor de autoexploración sin el ser amado cuya ventaja radica en que, así, ella descubrirá por sí misma la manera apropiada para obtener placer de esta área específica.

A diferencia del hombre, la mujer necesita buen tiempo para desarrollar la fase de excitación plena. Este proceso, alimentado por besos, caricias y otros estímulos sensoriales, puede durar cinco, diez, quince, veinte minutos o más (depende de cada dama). Por otra parte, investigaciones científicas sostienen que la mujer necesita sentirse cómoda, segura y relajada para poder disfrutar plenamente una relación sexual. Lo paradójico es que muchos caballeros ignoran todo esto: ni dedican tiempo a la fase de excitación de su compañera ni son capaces de brindarle la seguridad necesaria. Aceptar y entender estas condiciones puede cambiar totalmente el escenario sobre la cama. ¿Qué otras necesita saber el hombre?

26/12/12 |

Rutas del placer

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A diferencia del hombre, la mujer necesita buen tiempo para desarrollar la fase de excitación plena. Este proceso, alimentado por besos, caricias y otros estímulos sensoriales, puede durar cinco, diez, quince, veinte minutos o más (depende de cada dama). Por otra parte, investigaciones científicas sostienen que la mujer necesita sentirse cómoda, segura y relajada para poder disfrutar plenamente una relación sexual. Lo paradójico es que muchos caballeros ignoran todo esto: ni dedican tiempo a la fase de excitación de su compañera ni son capaces de brindarle la seguridad necesaria. Aceptar y entender estas condiciones puede cambiar totalmente el escenario sobre la cama. ¿Qué otras necesita saber el hombre?

El placer femenino como nunca se vio. Un equipo de científicos de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos) captó con imágenes de resonancia magnética lo que ocurre en el cerebro de una mujer cuando alcanza el orgasmo.