Abraham Falcón García usaba las manos, la cabeza y el corazón para crear las míticas guitarras que llevan su apellido

“Cumplir 70 años es una gran satisfacción. La guitarra cobra vida en las manos del maestro. Ella llora, ríe y canta”, fueron las palabras de don Abraham Falcón García en junio de este año, cuando le hicimos un reportaje por las siete décadas de creación de la mítica guitarra que él elaboró en Palpa, Ica.

Pero el maestro nos ha dejado, el viernes último, a los 92 años. Y antes de irse ha construido más que una marca: un instrumento de culto. El gran guitarrista Pepe Torres siempre remarcó su admiración por don Abraham porque no se guardó nada y siempre compartió sus técnicas a través de talleres.

Para Jorge Vega, guitarrista de Eva Ayllón, el timbre de las Falcón, de alguna forma, le ha dado una sonoridad especial a la guitarra peruana. Ha sido parte de la construcción del sonido peruano. Y considera que don Abraham fue uno de los mejores lutieres del Perú.

Del campo al taller
Abraham Falcón nació en Coracora, Ayacucho. Tuvo un primer interés por el arte y su anhelo de ingresar a la Escuela de Bellas Artes; sin embargo, el destino lo llevó a la chacra y luego la sequía, finalmente, hizo que Falcón aprenda un oficio. Por curiosidad llegó al mundo de las guitarras y un amigo le propuso enseñarle a hacer una si se conseguía madera. Y así construyó sus primeros 12 instrumentos.

Desde entonces, don Abraham buscó que sus guitarras tengan buena sonoridad y tensión en las cuerdas, mejorando la calidad melódica sin deteriorar las finas maderas de la tapa armónica. Pero más allá de eso, buscó construir una guitarra única, una pieza labrada con minuciosidad y sentimiento.

Tenga en cuenta

• Abraham Falcón está siendo velado en la Sala Paracas del Ministerio de Cultura (Av. Javier Prado Este 2465, San Borja).

• Hoy, al mediodía, será trasladado al cementerio Campo Fe para que sus restos sean cremados.