08.MAY Miércoles, 2024
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Pedro Cupe y Aldo Amado: Peloteros de mesa [Foto Interactiva]

Esta pareja sueña llegar lejos y lograr profesionalizar este deporte, que para muchos fue nuestro pasatiempo favorito.


Todo tiempo pasado fue mejor. Recordar es volver a vivir. Son ecos de una pasión que algunos conservan y tercos se resisten al paso del tiempo y a la avalancha de la tecnología. Las computadoras han desplazado a volar la cometa, jugar con el trompo, a pelotear en la calle y también al fulbito de mano.

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Sin embargo, Pedro Cupe Rivera y Aldo Amado se aferran a la mesa del futbolín para preservar un juego con el que varios hemos crecido y vibrado. Ellos son jugadores de fútbol de mesa y se alistan para participar en el International Series que se realizará en Lima. Torneo que es parte de la profesionalización del juego, que en Latinoamérica está dando sus primeros pasos y en donde Perú se perfila a ser uno de los grandes protagonistas.

TÁCTICA Y TÉCNICA
La famosa ‘mariposa’ está prohibida. Mover la mesa también. Demorarte mucho con la posesión del balón puede ser considerada una falta. Los juegos demandan extrema concentración, bastante técnica y táctica, y todo bajo la atenta mirada de un árbitro. No se equivoque, en una competencia profesional no existe el desenfreno desordenado de una mesa de fulbito de barrio. Pero hay intensidad. Un guante puede ser de ayuda para una jugada o forrar el mango con una tela especial le da al jugador contundencia y sorpresa.

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Hoy los jugadores de este deporte están agrupados en la Asociación Peruana de Fútbol de Mesa. Nuestro país recién trabaja profesionalmente desde el año pasado, a diferencia de Europa o Asia, donde un campeón puede percibir unos 10 mil euros. La modalidad organizacional es similar al tenis. Cada torneo sirve para ganar puntos e ir avanzando en el ránking general.

PELOTEROS
Pedro y Aldo son equipo, son pareja. El primero tiene 36 años y maneja el mediocampo y la delantera, y su compañero de 30 años juega como defensa. Pero también comparten cosas en común fuera de la mesa. Ambos son rentistas (alquilan viviendas), pequeños empresarios y padres de familia. El fútbol de mesa los unió en 2012. Donde no se parecen es en el césped. Cupe es malo. Sus amigos le dicen: “Lo que Dios no te ha dado en los pies te lo ha dado en las manos”. Amado la conoce un poco más. “Yo sí juego mi pelota”, nos dice Aldo entre risas, mientras vacila a su ‘pata’. Ambos juegan el fulbito de mesa desde el colegio.

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“Lo que queremos es participar en un campeonato del mundo y lograr que Perú llegue a la primera división”, sueña Cupe. Que ruede la ‘gordita’ y la pasión los lleve lejos.


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