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El crimen más dramático del 2016 ocurrió un día después de Navidad

El embajador griego Kyriakos Amiridis desapareció el lunes 26 de diciembre en Brasil. Su cuerpo fue encontrado la tarde del jueves, carbonizado.

Un triangulo amoroso se cobró la vida del embajador griego Kyriakos Amiridis. (USI)
Un triangulo amoroso se cobró la vida del embajador griego Kyriakos Amiridis. (USI)

El cuerpo de Kyriakos Amiridis fue encontrado carbonizado dentro de un carro abandonado debajo del puente Nova Iguacu en la región de Baixada Fluminense, Río de Janeiro (Brasil).

El diplomático, embajador griego destacado en Brasil, había sido reportado como desaparecido el jueves 29 de diciembre por las mismas personas que le dieron muerte un día después de Navidad: su esposa y el amante de esta.

También los acompañaba un abogado y eso fue lo que alertó a la Policía. La mujer señaló que no veía a su esposo desde el lunes, indicando que era normal que saliera de casa sin dar explicaciones, pero era raro que no llamara a su hija.

Esto es lo que debes saber: seis meses antes del crimen, Francoise Amiridis (40), la esposa del embajador, empezó una relación sentimental con el policía militar Sérgio Gomes Moreira (29).

La noche del 26 de diciembre, mientras la familia Amiridis pasaba las fiestas cerca a la playa de Ipanema, Gomes Moreira encaró al embajador por —según dice— las constantes agresiones que le propinaba a su esposa.

Según el relato de Moreira —quien declaró luego de que su primo y cómplice Eduardo Moreira (24) confesara— el conflicto escaló, el embajador sacó un arma (que la Policía no ha encontrado) y el agente policial se defendió asfixiándolo.

Evaristo Pontes, comisario a cargo del caso, cree que esta hipótesis es improbable. Su teoría es que el policía fue a la casa del embajador con la intención de matarlo. De hecho, los investigadores han encontrado una mancha de sangre en un sillón de la casa.

En su confesión, el primo de Moreira admitió que la ahora viuda le ofreció casi US$50,000 para deshacerse del cuerpo de su marido y este aceptó. El cuerpo fue envuelto en una alfombra y llevada al asiento trasero del carro que el propio Amirids había alquilado.

Nervioso, el policía militar condujo el coche sin rumbo hasta esconderlo con el cuerpo adentro mientras decidía qué hacer. Eventualmente eligió incendiarlo todo pero involucrando a un tercero: un motociclista que lo llevó a comprar gasolina y que —al igual que un mendigo ubicado en el lugar— presenciaron el incendio.

Tras varias entrevistas con la viuda y su amante, la Policía determinó que existían una serie de contradicciones que los convertían en los principales sospechosos.

La investigación continúa y aún queda mucho por saber.


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