Reuters
Las autoridades rusas extendieron el viernes su vigilancia sobre McDonald’s a varias regiones, realizando inspecciones sanitarias en los restaurantes manejados por la cadena estadounidense de comida rápida, en medio de un enfrentamiento diplomático con Occidente por Ucrania.
Las inspecciones son vistas por muchos empresarios como una represalia por las sanciones occidentales contra Rusia debido a su apoyo a los rebeldes separatistas en el este de Ucrania, y temen que la medida pueda extenderse a otros símbolos del capitalismo occidental.
Una portavoz de la agencia de seguridad alimentaria del país, Rospotrebnadzor, dijo que las inspecciones no estaban relacionadas con los cruces diplomáticos.
“Los controles no tienen motivaciones políticas”, afirmó.
La agencia también dijo que no tenía planes para clausurar el negocio de la empresa en la República de Tartaristán, dos días después de que el organismo cerrara tres sucursales de McDonald’s en Moscú. Los controles en Tartaristán fueron anunciados el jueves.
Una portavoz de la agencia en la mayor ciudad de Tartaristán, Kazan, dijo que los controles se estaban aplicando en McDonald’s, que tiene 17 restaurantes en la región, una de las mayores concentraciones en Rusia fuera de Moscú y San Petersburgo.
Previamente los reguladores extendieron los controles fuera de Moscú, incluyendo zonas del centro de Rusia y los Urales.
McDonald’s opera 440 restaurantes en Rusia y considera al país como uno de sus siete mercados principales fuera de Estados Unidos y Canadá, de acuerdo con su reporte anual de 2013. Casi 1 millón de personas por día asisten a sus locales en Rusia.
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