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Vladimir Putin desestima advertencia de Barack Obama sobre Crimea

Ucrania denuncia presencia de 30,000 soldados rusos en Crimea. Manifestantes prorusos evitaron ingreso de observadores internacionales.

Vladimir Putin y Barack Obama hablaron por telefóno sobre Crimea. (AFP)
Vladimir Putin y Barack Obama hablaron por telefóno sobre Crimea. (AFP)

El presidente ruso Vladimir Putin desestimó una advertencia del mandatario estadounidense, Barack Obama, sobre la intervención militar de Moscú en Crimea y dijo hoy que Rusia no puede ignorar los pedidos de ayuda de la población rusoparlante de Ucrania.

Tras una conversación telefónica de una hora, Putin afirmó en un comunicado que Moscú y Washington aún tienen posiciones muy alejadas sobre la situación en la ex república soviética, donde, dijo, las nuevas autoridades habían tomado “decisiones absolutamente ilegítimas sobre las regiones oriental, sudoriental y Crimea”.

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“Rusia no puede ignorar los pedidos de ayuda y actúa de acuerdo a eso, en total respeto de la legislación internacional”, sostuvo Putin.

Guardias fronterizos en Ucrania dijeron que Moscú había enviado más tropas a la península sureña ocupada por fuerzas rusas.

Serhiy Astakhov, asesor del comandante de la guardia fronteriza, dijo que había ahora unos 30,000 solados rusos en Crimea, comparado con los 11,000 que estaban permanentemente basados en el lugar con la flota rusa del Mar Negro en el puerto de Sebastopol antes de la crisis.

Putin niega que esas fuerzas estén bajo sus órdenes, pese a que sus vehículos tienen matrículas militares rusas.

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La confrontación más seria entre Oriente y Occidente desde el fin de la Guerra Fría, provocada por la destitución el mes pasado del presidente Viktor Yanukovich tras protestas violentas en Kiev, escaló ayer cuando el Parlamento de Crimea, de mayoría étnica rusa, votó a favor de que la región se una a Rusia.

El gobierno local fijó un referéndum sobre ese punto para el 16 de marzo.

PAÍSES MUESTRAN CAUTELA
Líderes de la Unión Europea y Obama denunciaron el referéndum como ilegítimo y dijeron que violaría la Constitución de Ucrania.

El jefe de la Cámara Alta del Parlamento ruso dijo después de reunirse con legisladores de Crimea que la región tiene derecho a la autodeterminación y descartó cualquier riesgo de guerra entre “las dos naciones hermanas”.

Antes de llamar a Putin, Obama anunció las primeras sanciones contra Rusia desde el inicio de la crisis y ordenó prohibiciones de visas y congelamientos de activos contra personas hasta ahora no identificadas, consideradas responsables de amenazar a la soberanía de Ucrania.

Japón respaldó la postura occidental respecto a que las acciones de Rusia –cuyas fuerzas tomaron el control de la península de Crimea– constituyen “una amenaza a la paz y seguridad internacional” después de que Obama conversó con el primer ministro nipón, Shinzo Abe.

China, a menudo un aliado de Rusia a la hora de bloquear medidas occidentales en el Consejo de Seguridad de la ONU, fue más cauta y dijo que la imposición de sanciones económicas no es la mejor manera de resolver la crisis y evitó comentar sobre la legalidad del referéndum de Crimea.

La Unión Europea, el mayor socio comercial y cliente energético de Rusia, adoptó un plan de tres etapas para intentar forzar una solución negociada, pero no instauró sanciones inmediatas.

Bruselas y Washington también se apresuraron a fortalecer a las nuevas autoridades en Ucrania, golpeada económicamente, y anunciaron la entrega de ayuda política y financiera.

Moscú acusó a la UE de tomar una “posición extremadamente poco constructiva” al congelar las negociaciones sobre un alivio a las trabas a las visas que complican los viajes entre Rusia y el bloque y advirtió que se tomarán represalias si se imponen sanciones.

En Crimea, la situación era calma, aunque ayer se prohibió la entrada a la península de 35 observadores militares desarmados enviados por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) luego de arribar al puerto ucraniano de Odessa, en el sur del país.

Un enviado especial de la ONU que viajó el martes a la capital regional, Simferopol, fue rodeado por manifestantes pro rusos, algunos de ellos armados, que lo obligaron a abandonar el país.

“Este anuncio de que ya somos parte de Rusia provoca sólo lágrimas”, dijo Tatyana, de 41 años y origen ruso. “Con todos estos soldados aquí, es como si viviéramos en un zoológico. Todos entendemos perfectamente que esto es una ocupación”, afirmó.


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