Carlos Castillo
@cdcastillin
Vuelve a una curul parlamentaria después de 24 años. Alberto Quintanilla Chacón analiza el momento actual de la izquierda, sus errores y el futuro político del Frente Amplio y Verónika Mendoza. También le da una mirada al pasado.
¿Cuál es su análisis sobre el desarrollo del último congreso del Frente Amplio?
Yo he participado en el evento democrático con la participación de unos 1,600 delegados plenos. Ha habido representaciones de todas las provincias. Se ha fortalecido al Frente Amplio…
Pero faltaron algunas personalidades importantes…
Ha habido ausencias notorias. La decisión de los compañeros de Tierra y Libertad de no asistir ha sido una decisión, en mi opinión, equivocada. Respetamos su decisión y los invocamos a que se sumen a este esfuerzo de darle una institucionalidad más democrática y de apertura al Frente Amplio para que realmente la izquierda en el Perú pueda ser una opción real de gobierno. Recordemos que la izquierda es necesaria en el país y, además, es la que ha logrado y trabajado por las conquistas sociales.
Hay quienes piensan que este congreso del Frente Amplio ha permitido perfilar el liderazgo de Verónika Mendoza. ¿Usted lo ve así?
La presencia política de Verónika no se inicia en este congreso. Viene desde mucho antes, desde el último proceso electoral, donde ha sacado casi tres millones de votos, lo cual refleja grandes dotes de encarnar la esperanza de los peruanos por una opción de una izquierda democrática.
¿Es Verónika Mendoza la líder natural de la izquierda peruana?
No es la líder natural. Tal vez es una de las lideresas más importantes en la actualidad, pero no es ni la lideresa natural ni la candidata natural. Ella tiene que postular internamente para lograr ese liderazgo y ser la candidata en el 2021, como lo puede ser cualquier otro militante del Frente Amplio o de esa izquierda que queremos que se convierta en una gran unidad de transformación en el Perú.
¿Le gustaría una elección interna entre Mendoza, Gregorio Santos y Marco Arana?
Sería lo óptimo y si hay más precandidatos, mucho mejor. Sería lo más democrático. Mientras más opciones haya, mejor. Me gustaría que la fórmula presidencial sea producto de las elecciones internas.
¿Qué le pasa a la izquierda, que no logra consolidar una unidad real?
Uno de los grandes defectos que tenemos como izquierda es que no sabemos mantener la unidad cuando es necesario. Nos hemos dividido por cuestiones triviales, que no son trascendentes, hasta ahora, y esa es una deuda que le tenemos al país. En América del Sur, en la gran mayoría de países, las opciones de izquierda han logrado ser gobierno.
¿Qué pasó con la Izquierda Unida de Alfonso Barrantes en los 80? Usted estaba ahí.
Yo creo que pasaron una serie de cosas. A Alfonso Barrantes, que era el principal líder, le faltó un poco más de paciencia y de tolerancia para persistir en el proyecto. Hizo mucho por la unidad, pero no fue suficiente. Al resto de dirigentes de izquierda nos faltó más tolerancia entre nosotros y saber unirnos, y al conjunto de la Izquierda Unida le faltó entender que la historia nos exigía más. Eso es lo que tenemos que entender con esta nueva oportunidad que nos ha dado el país.
¿No cree que hay mucho caudillismo en la izquierda?
En América Latina y en el Perú existe una tradición caudillista que, en mi opinión, debería moderarse, porque los partidos deben trascender la vida personal de sus dirigentes. Yo quisiera que el Partido Aprista, así como ha trascendido a su fundador Haya de la Torre, trascienda a su actual líder Alan García, y todos los partidos lo mismo.
¿‘Goyo’ Santos es bienvenido al Frente Amplio?
Él como cualquier otro. Nosotros sí deseamos que se pueda deslindar de cualquier acusación de presuntos hechos de corrupción, porque eso le hace bien al país. Que sea procesado con todas las garantías para que demuestre su inocencia. Sería recomendable, porque en política la transparencia es importante.
¿Cree que el Pleno otorgará sin problemas las facultades al Ejecutivo?
Lo más probable es que el Congreso acuerde darle las facultades como lo ha solicitado. En cuanto al plazo, hay algunas diferencias, pero yo creo que ese punto es irrelevante. Nada cambia si le dan 90 o 120 días. Lo que sí creo es que lo mejor sería votar por separado para ver las diferentes posiciones en cada uno de los temas. Creo que es más transparente y más democrático no aprobarlo en paquete.
¿Alguna vez vio tanto debate por las facultades?
Lo que pasa es que estamos en un momento excepcional. El Ejecutivo no tiene control sobre el Legislativo y viceversa. Esto obliga a todos a buscar acuerdos, consensos, y eso es positivo.
Usted ha retornado al Congreso después de varios años. ¿Qué opinión tiene de este Parlamento?
Yo lo veo mejor que los anteriores. Veo más calidad en los debates, preocupación por plantear los temas. El equilibrio de poderes hay que respetar, porque es uno de los mecanismos que permiten combatir la corrupción y el abuso de poder.
Autoficha
- “He retornado al Congreso después de 24 años. Fui sacado en el golpe del 5 de abril de 1992 y, por cierto, todavía no me pagan ese último mes. Fui el último segundo secretario de la entonces Cámara de Diputados. Habíamos derrotado al aprofujimorismo con un alianza con el PPC”.
- “Soy ingeniero economista, abogado y sociólogo. Tras el intento de retornar a la democracia en 1992, regresé a Puno e hice política regional. En 2006 integré la plancha presidencial del Partido Socialista que postuló a Javier Diez Canseco”.
- “Soy de los que piensan que Ollanta Humala no solo traicionó a la izquierda, sino al país. Creo que el Frente Amplio cargó parte del pasivo del gobierno humalista. En la segunda vuelta no solo votamos por Kuczynski, sino hicimos campaña por él para derrotar al fujimorismo”.
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