Esta columna es excepcional. He recibido varios mensajes de preocupación por la situación del fotógrafo Marco ‘Atoq’ Ramón, quien sufre una grave lesión al ojo izquierdo, producida por los perdigones que disparó la Policía el jueves 5 de enero, durante las violentas protestas contra el peaje en Puente Piedra. Él estaba cubriendo los acontecimientos como reportero gráfico de Perú21 y, a pesar de estar totalmente identificado como tal, un policía le disparó directamente.
Macarena Tabja señala “el hecho de que no haya habido ni una sola cobertura con respecto al abuso de autoridad y violación de derechos humanos (…). Un fotógrafo de su casa ha sido mal herido (…) y no hay nada en los medios (del grupo El Comercio) al respecto”.
Si usted es un lector de la versión impresa, es probable que se haya enterado algo de este caso más bien por algunos reportes de canales de TV y programas de radio, y hasta medios de la competencia directa de Perú21, que no ha publicado la historia de ‘Atoq’ Ramón en el diario impreso. En la web sí hay dos notas: una de la noche del 5 de enero dando cuenta del hecho y de las atenciones médicas que se le estaban dando el mismo día de los incidentes, y otra publicada el 18 de enero, que es más bien una carta pública de los altos niveles de la redacción a la redacción en sí.
Como indica la lectora Tabja, llama la atención que el diario no haya informado más sobre esta agresión; yo incluso hubiera esperado una invocación pública a las autoridades y a la Policía Nacional para que se diga por qué la acción violenta contra alguien que estaba identificado como prensa, qué se está haciendo para establecer las responsabilidades y cómo responderán por el daño causado. Fue un hecho noticioso y cualquier medio en el mundo destaca cuando uno de los suyos es agredido.
Es bueno saber que Prensa Popular, la unidad de negocios del Grupo El Comercio a la que pertenece Perú21, ya prepara las acciones legales que se iniciarán contra quienes resulten responsables de la agresión contra el periodista.
Desde que conocí el incidente con la Policía, he preguntado por el caso al director Juan José Garrido, quien me ha dicho que desde el primer momento se activaron todos los mecanismos de protección al equipo periodístico con que cuenta el diario para cualquier contingencia; que están muy pendientes y que la redacción ha cumplido diligentemente con todo lo que corresponde. Las coberturas y trámites, me precisa, son competencia de la administración y las gerencias correspondientes.
Nadie que trabaje en periodismo está libre de pasar por algo así. Estoy segura de que el ministro del Interior, Carlos Basombrío, quien me antecedió en esta función de la Defensoría del Lector de Perú21, tiene una preocupación especial. Confío, además, en que el joven ‘Atoq’ Ramón cuenta con todas las garantías y el respaldo con el que cubríamos hasta las comisiones más peligrosas quienes alguna vez trabajamos en los medios de El Comercio.
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