Algunos lectores me han escrito por el hecho de que Perú21 en su edición impresa no haya publicado de inmediato el reporte de IDL Reporteros en alianza con el diario brasileño O’Globo, que mostró una sucesión de mensajes entre una representante del alcalde de Lima, Luis Castañeda, con quien era presidente de la constructora brasileña OAS, Leo Pinheiro, hoy encarcelado por corrupción, lavado de dinero y crimen organizado en el caso Lava Jato.
La noticia salió el miércoles 19. Pinheiro fue apresado en 2014 y se le incautó sus celulares. En un iPhone de su propiedad, se informó, había mensajes entre el empresario y la abogada Giselle Zegarra, quien fue gerente de Promoción de la Inversión Privada en las dos primeras gestiones municipales de Castañeda. Los mensajes se dieron entre agosto y noviembre de 2014 y eran sobre el Proyecto Línea Amarilla (luego Río Verde) cuando todavía estaba en la alcaldía Susana Villarán.
De la correspondencia digital se observa que entre octubre de 2014 y enero de 2015, con Castañeda ya electo para un tercer mandato, OAS negoció a espaldas de Susana Villarán con el alcalde electo a través de Giselle Zegarra; y había preparado estudios para un proyecto que se realizaría con Castañeda. A inicios de 2015, ya como alcalde, Castañeda anunció la construcción del by-pass de 28 de Julio, cuyo financiamiento saldría del fideicomiso inicialmente destinado al proyecto Río Verde.
Los mensajes pueden verse detalladamente en la web de IDL Reporteros y a través de la web de Perú21, donde también se cuenta la historia.
Pregunté al director de Perú21, Juan José Garrido, por qué no se le dio un espacio importante a este hallazgo. Él me dijo que uno de los lineamientos de trabajo en la redacción es que no son meros replicadores de noticias de otros medios, mucho menos de denuncias, y que para publicarse debe haber una verificación de las versiones por parte de su propio equipo y, además, información adicional relevante. Precisó, además, que no se minimizó o evitó el tema.
Me parece saludable respetar el principio de verificar versiones y contrastar información. Pero pienso que los insumos noticiosos ofrecidos por IDL-O’Globo pudieron ser abordados de otra forma inmediata, buscando los ángulos complementarios en fuentes brasileñas y locales o dejando constancia de las indagaciones hechas o versiones solicitadas, de modo que las audiencias de Perú21 no sientan que se minimiza o se pasa por alto la noticia. Me pregunto si la misma actitud se hubiera tenido si el reporte lo daba una agencia internacional de noticias.
Al respecto, el director me responde que periodistas de Perú21 fueron comisionados a profundizar en el caso el mismo 19. Ojalá pronto nos den más novedades al respecto. Noticias de impacto pueden ser abordadas con valor agregado y con inmediatez. No informar puede ser interpretado como que se minimiza o se ignora el hecho. El lector Ever Quino, por ejemplo, me escribió: “No entiendo esa actitud de mi diario favorito, Perú21; hasta donde sé, es un diario independiente, me daría muchísima pena saber que el mal alcalde tenga influencias con la prensa escrita”.
Los adjetivos son del lector. En todo caso, estoy segura de que Perú21 es un medio que puede hacer más, como la recordada investigación de Comunicore.
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