22.NOV Viernes, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
Clasificados
Opinión

La última semana se conoció el video de una violación cometida en una discoteca a la vista de los ahí presentes. Fue la página Perú REC en Facebook la que colgó y difundió esas imágenes sin filtro alguno. Varios medios rebotaron el hecho. Uno de ellos fue Perú21.

En efecto, el 11 de abril se publicó “Facebook: Abusan sexualmente de una joven en una discoteca y nadie hace nada”. La historia relatada por Perú21 señaló además que “no se sabe el lugar donde ocurrió ni la identidad del responsable”. Por cierto, tampoco se indicó la fecha. Otras fuentes dieron cuenta de que fue un hecho registrado hace dos años, aunque ello no quita importancia al delito en sí.

El reporte de Perú21 incluye el video de 55 segundos que registra el acto de la violación en sí y cuando el atacante, ya visto y grabado por otros, da su acto por concluido, se sube el pantalón alegremente, hace lo mismo con su víctima que está en estado de inconsciencia y se va. El video fue presentado por el equipo periodístico con un efecto de desenfoque. Se escuchan pifias, pocas, y hasta un inadmisible “llévatela, causa, llévatela”.

Respecto a la difusión de ese video he visto comentarios muy críticos al diario. Confieso que en lo personal, apenas lo vi, me chocó. No creo que haya sido necesario colgarlo para tener una idea real de lo ocurrido. Si era necesario incluir un video en la web y en las redes, como obliga a hacerlo la tendencia de consumo y comercial en contenidos digitales, pudo hacerse rápidamente uno propio, editando las imágenes originales y destacando el rostro del agresor.

A propósito de esa historia, Perú21 ha aprovechado para bien los comentarios lamentables que muchos usuarios de las redes hicieron respecto a ese caso, justificando una violación o agrediendo aún más a la víctima. Ello dio pie a otras notas que han sido difundidas en sus redes, como, por ejemplo, “‘Por sonsa le pasa eso’ y más comentarios que causan indignación en las redes sociales”. En la nota trabajada por Diego Daza, el recuento de los comentarios tal como fueron escritos es escalofriante. Algunos tan repulsivos como el hecho de la violación en sí.

Perú21 se ha cuidado de ser un medio y una marca identificada con la defensa de los derechos de la mujer y de los grupos considerados en minoría; se comprometió a dejar de exhibir a las mujeres como objeto y se cuida de hacer portadas o generar tráfico a costa de sangre, morbo o lágrimas. ¡Entonces, qué pasó! No sirve de mucho quitar los bikinis si se va a vender otro tipo de carne.

Cuando se me dio el encargo de la Defensoría del Lector, se me explicó que aunque diario impreso, web y redes sociales son plataformas con vida propia, los principios de trabajo de todo el equipo de Perú21 eran los mismos. El decálogo con que trabajan señala que se consigue toda la información posible para contextualizar la noticia, y se informa desde el mayor esfuerzo, diligencia y honestidad.


Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.