Por lo que he visto, en general, la redacción de Perú21 se cuida bastante al dar un número de participantes en una manifestación o una marcha. Es decir, si no saben exactamente cuántas personas hay, no sueltan una cifra cualquiera.
Sin embargo, el lector Rubén Cuba me dice que el diario informó que “cerca de mil personas” participaron el viernes en la marcha de protesta contra el currículo nacional de la educación básica del Ministerio de Educación porque supuestamente incluye una “ideología de género”.
Este lector también observa que el columnista del mismo diario Sandro Venturo mencionó sobre dicha actividad que se trató de una “inmensa marcha”. Venturo me comenta que, en efecto, así le pareció por las fotos que vio en páginas web y cuentas de redes sociales, pero que en verdad se trata de una calificación subjetiva.
El diario, en sus notas informativas, dice que participaron mil personas, cerca de mil, más de mil, pero no precisa la fuente de ese dato (por lo general, las más certeras son estimaciones de la prefectura local, basadas en datos de la Policía, y en plazas donde ya hay antecedentes de concentraciones). Definitivamente no hay una mala intención de desinformar en esto, pero si no hay un mecanismo contable válido de asistentes a una concentración, es preferible evitar dar un dato que podría resultar controversial u objetable.
También es cierto que más de un entusiasta de estas marchas, donde hay un centenar, ve un millar de personas, y así sucesivamente. No es la primera comunicación que he recibido al respecto sobre los reportes de cada actividad de #ConMisHijosNoTeMetas. Y en mi experiencia previa en el reporterismo y en la edición, siempre hay reclamos respecto a estas cifras. Por ello, lo mejor es citar la fuente oficial que da la cifra o describir si la manifestación fue muy concurrida o la asistencia fue escasa, o si cubrían una plaza o tantas cuadras de una avenida.
Observaciones similares se dieron recientemente en Estados Unidos a propósito de la concurrencia popular a las actividades de la inauguración del mandato de Donald Trump en Washington, y luego a la marcha de las mujeres.
En cualquier caso, la mejor evidencia está en las imágenes que se registran desde el aire en los momentos culminantes de una actividad así. Las fotos y videos tomados con honestidad y sin trucos o Photoshop hablan por sí solos.
Recuerdo de mis tiempos de cobertura en la calle en tiempos de campaña electoral, cuando me llegaban notas de prensa hablando de masiva concurrencia con fotografías que supuestamente lo probaban, a plaza llena, cuando yo había estado a la misma hora, en el mismo lugar y mi registro, así como el del reportero gráfico con el que trabajaba, era muy distinto. Al tacho con material manipulado.
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