15.MAY Miércoles, 2024
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Opinión

“Cierto es que faltaron temas como los de narcotráfico, regiones y reforma política”.

PPK hizo un mensaje combinado, al inicio dirigido al hemiciclo, con frases conciliadoras y, seguidamente, para el gran público. Es que, en estos tiempos, los mensajes deben ser cortos, con lenguaje claro y, si es el inicio del mandato, proyectando ideas fuerza que transmitan las esperanzas y los sueños.

En este caso, el sueño de un país que tenga agua, educación de calidad; un país integrado y seguro. En realidad, el sueño de un país con condiciones básicas, pero necesarias para ser un país de ciudadanos, basadas en las ideas de los padres fundadores. Es decir, con una vena republicana, llegar al bicentenario.

Cierto es que faltaron temas como los de narcotráfico, regiones y reforma política, pero los mensajes presidenciales de inicio de mandato tienen la particularidad de poder combinarse con el que ofrece el presidente del Consejo de Ministros, quien se encarga de plantear los lineamientos de políticas públicas.

El mensaje, con una prosa con referencias personales, sobre todo cuando se refirió a su padre y a su infancia en Iquitos, tenía la intención no solo de llegar a más gente, sino de conectarse con las emociones. Y lo logró.
Pero PPK ha eludido enfrentar a una bancada opositora que no logra aceptar aún su derrota, lanzándole una rama de olivo al inicio del discurso y cerrando este invocando al Parlamento a trabajar juntos. La dejó así, sin piso.

Era, pues, difícil estar en contra de los contenidos del discurso, por lo que la actitud de la oposición aparece más cuestionable.

Si a ello le agregó humor y alegría, PPK sale bien librado de estos primeros momentos. Por el bien de todos, que le vaya bien.


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