23.NOV Sábado, 2024
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Opinión

Hace un año se derogó la ley que obligaba a los trabajadores independientes a cotizar en el sistema privado de pensiones (SPP), el que sería el ahorro para su vejez. Una simple lectura nos diría que cualquier consumidor preferirá disponer de dinero en efectivo hoy, en lugar de guardarlo para el futuro.

De hecho, esta miopía del consumidor es una de las razones principales que justifican la obligatoriedad de los aportes a un fondo privado de pensiones.

Pero, cuando miramos las decisiones presupuestales de esas familias, observamos que cada vez son más las que están dispuestas a pagar durante más de 20 años la educación privada de sus hijos, inclusive cuando este gasto puede o no generarles algún beneficio directo cuando sus hijos empiecen a trabajar. ¿Qué hace que estas personas no estén dispuestas a ahorrar para sus pensiones?

La confianza es un punto clave. Estos padres creen, porque lo han visto, que la inversión en una buena educación tendrá un retorno reflejado en ingresos altos y movilidad social. El SPP, por su parte, ofreció tres beneficios atractivos: propiedad individual de los aportes (una cuenta por persona), mejores pensiones (75% del ingreso laboral) y herencia del fondo acumulado, bajo retiro programado. En el papel parece un buen producto. Entonces, ¿por qué la gente no lo quiere tomar voluntariamente?

Un conjunto de factores impide que el SPP sea una opción valorada. No se puede disponer de los ahorros hasta los 65 años, e incluso ahí solo tiene fines jubilatorios. La pensión bordea apenas el 40% del salario, porque, en promedio, se aporta solo la mitad del tiempo. Y con más años de vida para financiar, en lugar de herencia, el fondo se termina agotando antes de lo esperado.

Si el trabajador independiente aportara a lo largo de toda su vida laboral, la tasa de reemplazo sería más del 100%. Pero, para él, los costos superan los beneficios esperados y eso lo desincentiva para aportar. El no de los independientes debe ser tomado como una señal de que el SPP no es visto aún como una opción atractiva ni rentable.


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