22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

“En resumen, que la mayoría o minoría piense que se deben hacer cambios ministeriales (o no) debe servir como un dato, pero poco más”.

Una vez más le preguntaron al premier Fernando Zavala si habría modificaciones en el gabinete, y una vez más respondió que no harían ninguno por el momento. La pregunta proviene de las encuestas recientes, en las que el 56% sostiene que los cambios realizados en julio no fueron suficientes y –por lo tanto– esperaban los mismos (en particular, en los sectores Educación, Salud y Justicia). Hasta aquí, es lo de siempre; lamentablemente es justo lo de siempre lo que está mal: por un lado, creer que la opinión pública es la opinión de Dios y, por otro lado, sostener que no se requieren cambios ministeriales porque se acaban de hacer algunos.

Lo primero es obvio: no todo lo que la ciudadanía espera o cree debe servir para guiar decisiones de políticas públicas o de otro tipo (ya no digo judiciales). Cierto, los medios publicamos recurrentemente datos como este: “X% a favor de que encarcelen a tal funcionario” o “Y% a favor de subir el sueldo a tales servidores públicos”. Lo importante es reconocer qué preguntas sirven (y cuáles no) dentro de una encuesta; sirven, dicho sea de paso, como orientación o como variable proxy de algún escenario. En resumen, que la mayoría o minoría piense que se deben hacer cambios ministeriales (o no) debe servir como un dato, pero poco más. Dependerá de las capacidades y de las políticas gubernamentales si tal o cual ministro sirve o no en dicha medida. Ello, por cierto, no resta legitimidad a la pregunta, ya que es importante saber qué piensa la ciudadanía.

Lo segundo no tanto; me refiero a la respuesta del premier Zavala. Más allá de lo que digan las encuestas, puede que sea necesario (ya sabrán ellos si es así o no) hacer uno o más cambios. Lo que no tiene mucho sentido es señalar un recambio reciente como obstáculo para hacer modificaciones hoy o mañana. Obvio, siempre será mejor hacerlas en un acto; sin embargo, a veces es necesario refrescar un gabinete, aun cuando el tiempo no sea el apropiado.


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