Esta columna, más que un pedido, es una súplica al departamento comercial de los canales de televisión abierta. No es justo que uno se refugie del intenso calor veraniego bajo el techo de su casa en horas de almuerzo y encienda ingenuamente el televisor para acompañar sus alimentos, buscando algo que ayude al proceso digestivo, y de pronto, en pantalla plana y HD, aparezca un repulsivo comercial de un producto médico que cura el pie de atleta. Durante treinta segundos, el dichoso comercial presenta un desagradable desfile de pies atacados por heridas y laceraciones. ¿Con qué estómago podría disfrutar de mi comida después de ver semejante asquerosidad? Mi pollo a la plancha se convirtió de pronto en un pie, un triste pie escoltado por tomates y lechugas. Pie de atleta, el solo nombre es suficientemente feo, pero ver varios pies enfermos a la hora de almuerzo es una maldad. Por favor, señores de la televisión, ¿es que acaso no tenemos salvación? ¿No es suficiente con soportar la vida y miserias de Milena Zárate a toda hora y en todo canal? ¿No les basta con mostrar a cobras, leones y ‘combatientes’ en todas sus formas y presentaciones? ¡Piedad, por favor, señores de la televisión! ¡Piedad! ¿Qué viene después? ¿Crema para almorranas? ¿Milena saliendo con un pie de atleta mientras Nicola hace planchas, barras y almorranas? ¡Basta, por piedad!
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