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Opinión

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El fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia, en gran despliegue mediático, zanjó el caso de Edita Guerrero metiendo preso al viudo Paul Olórtiga tras acusarlo de parricidio. Habría que añadir, como una fatal coincidencia, que desde esas fechas se conocen las múltiples investigaciones que al fiscal Ramos Heredia se le siguen en el Consejo Nacional de la Magistratura por distintos casos, incluidos sus vínculos con el caso Áncash.

Pero, para el fiscal, esto no era una cortina de humo. Bueno, ni para el fiscal ni para el gobierno: la premier Ana Jara, rápida ella para aprovechar la cortina del primísimo, también tiró a Olórtiga a los leones. “¡Todo el peso de la ley!”, bramó en su cuenta de Twitter. Y, claro, cuando el fiscal de la Nación y la premier son tan contundentes, poco importan los hechos y la lógica.

Paul Olórtiga acabó 74 días metido en la cárcel; sus derechos, su vida y la de su familia, destrozados por la audacia y desvergüenza de un personaje y un gobierno forrado en acusaciones y cuestionamientos.

Entonces, cuando el fiscal Ramos Heredia se pregunta con esa parquedad que lo caracteriza “¿por qué tendría que renunciar?”, justamente por eso: porque su situación no solo ridiculiza a todo el sistema judicial peruano, sino que –peor aún– lo invita a cometer dislates que lindan con lo criminal. Porque, si no, ¿cómo explicar la barbaridad cometida contra Olórtiga? ¿Quién les devuelve esos 74 días a él y a su familia?

Si viviéramos en un país medianamente justo, a Olórtiga se le pedirían disculpas públicas, tendría derecho a una reparación (que, si fuésemos más justos aún, pagaría el cortinero en cuestión) y sus agresores serían despedidos.

El fiscal Ramos Heredia debe renunciar, y cuanto antes, mejor. Si no entiende aún por qué, los peruanos sí, y eso es lo importante. Ha degradado el cargo a niveles insospechables y ha perjudicando a una institución que requiere, a gritos, recomponerse y legitimarse. Parapetándose en el cargo solo empeora las cosas.

(*) Esta columna fue publicada inicialmente el 12 de noviembre de 2014.


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