Un mal rato pasó la ministra de Justicia, Eda Rivas, durante la inauguración de unos talleres productivos en el interior del penal El Milagro de Trujillo.
Cuando procedió a romper simbólicamente una botella de champán como parte de la ceremonia, el envase reventó de tal forma que los vidrios y el espumante le cayeron en el rostro. Aunque los asistentes reaccionaron para auxiliarla, el incidente no pasó a mayores.
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Lo que también le ‘reventó’ en la cara fue que la presentación de unos bloqueadores de celulares que debían ser entregados al centro de reclusión, pero nunca llegaron a su destino.
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