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Elecciones 2016: ¿Qué nos espera este domingo según los anteriores debates presidenciales?

La historia no miente: cada vez que los candidatos presidenciales se han encontrado frente a a frente, los golpes llueven. Aquí un breve recuento.

Debate electoral: Una tradición de peleas sobre propuestas. (JNE)
Debate electoral: Una tradición de peleas sobre propuestas. (JNE)
Diego Pereira

Diego Pereira

@acunerme

Este domingo será el debate presidencial, siete días antes de las Elecciones 2016 que decidirán —de acuerdo con las últimas encuestas— quiénes pasarán a una segunda vuelta. En teoría, se trata de una oportunidad única para que el electorado se informe bien sobre las propuestas de cada uno, pero si algo nos ha enseñado la historia es que los candidatos saldrán en busca de sangre.

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(Sobre todo el tan esperado duelo entre Fernando Olivera y Alan García).


Imagen: Man Ray

EL SAMURÁI FUJIMORI VS EL DOCTOR VARGAS
El primer debate electoral en nuestra historia, moderado por Guido Lombardi, fue en junio de 1990 entre Mario Vargas Llosa (Fredemo) y Alberto Fujimori (Cambio 90) luego de que ambos pasaron a la segunda vuelta. Fujimori, quien leyó todo lo que dijo, llamó “doctor (Mario) Vargas” al escritor. Su contraparte ironizó sobre cómo era un “mal samurái”.

En la última ronda, Fujimori mostró un ejemplar del día siguiente del diario Ojo (con la frase en portada que decía ‘Mario Presidente noqueó a Fujimori en primer round’), denunciando una supuesta prensa comprada. El ejemplar era falso pero el daño ya estaba hecho. El resultado final en las urnas demostró que el desenvolvimiento de Vargas Llosa no fue suficiente para parar al ‘Chino’.


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Dato curioso: En su libro El expediente Fujimori la periodista Sally Bowen cuenta que el entonces candidato de Cambio 90 rehuía tanto al debate que buscó que el SIN cortara la luz en Lima para evitar que se lleve a cabo. A través de Edwin Díaz, jefe del SIN y encargado de cuidar a Fujimori, le solicitó a Hugo Otero (publicista y eterno ‘compañero’) una reunión con Alan García. La respuesta del entonces presidente fue de antología: “Se podría, pero no se hará. Vete y dile al ‘Chino’ que si quiere ser presidente del Perú necesita huevos”.

TOLEDO EL NUEVO VS EL CONOCIDO GARCÍA
Mientras Alberto Fujimori estuvo en el poder (desde 1990 hasta que renunció por fax en noviembre de 2000) no hubo más debates televisados. Recién con el retorno a la democracia pudimos ver a los dos candidatos que disputaban la segunda vuelta en 2001: Alejandro Toledo (Perú Posible) y Alan García (Apra).

Toledo, quien había liderado la marcha de los Cuatro Suyos, siendo la imagen política de la lucha contra el autoritarismo de Fujimori (y que además disfrutaba ser llamado ‘Pachacútec’ y ponerse la vincha cada vez que podía), tenía una clara ventaja sobre García, pues el líder aprista era recordado por su nefasto primer gobierno.

Eso hizo que el enfrentamiento de ideas se convierta más en una disputa de quién tenía más trapos sucios. Bajo la moderación, nuevamente, de Guido Lombardi, Toledo le recordó a García el desempleo producido en su gobierno, mientras que este hizo referencia al supuesto consumo de cocaína del candidato de la chakana (amenazando incluso con mostrar un certificado).

El debate terminó con un incómodo abrazo en el que parecía que García, quien le llevaba al menos dos cabezas al candidato de Perú Posible, no iba a soltar a su rival.

EL CONOCIDO GARCÍA VS EL BELICOSO HUMALA
El debate presidencial del 2006 fue la oportunidad que Alan García necesitaba para mostrarse como la opción más moderada frente a un Ollanta Humala que se mostró agresivo incluso con el propio moderador, Augusto Álvarez Rodrich, tras negarse a retirar la bandera peruana que puso en su podio.

Humala llegó 15 minutos tarde y culpó a partidarios apristas de su demora, sin embargo, Alan García respondió con el que sería el rumor más comentado hasta la segunda vuelta: el candidato nacionalista habría parado en el bar Queirolo para comerse un sánguche.

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Este intercambio de pullazos no se detuvo a lo largo del debate, en el que Alan García cuestionó los ingresos de Humala cuando se encontraba destacado en el extranjero —también acusándolo de chavista— y este le respondió recordándole que Agustín Mantilla se había reunido con Vladimiro Montesinos en el SIN (donde recibió dinero).

Los ‘trapitos sucios’ abundaron esa noche que también terminó con un tenso apretón de manos.

KEIKO Y SU FUJIMORISMO VS UN NUEVO HUMALA
En 2011, Keiko Fujimori (que tenía un fuerte antivoto) se enfrentó a Ollanta Humala —quien dejó de usar su clásico polo rojo para enfundarse en un más pacífico color blanco— en un debate moderado por el periodista Jose María ‘Chema’ Salcedo.

Como para continuar con la tradición, lejos de debatir las ideas que separaban a los candidatos (una representante de una derecha populista, el otro caudillo de una izquierda agrupada) el debate estuvo repleto de acusaciones.

Fujimori acusó a Humala de sobornar testigos para salir limpio del caso Madre Mía, él acusó a su rival de ser cómplice del gobierno autoritario de su padre. Finalmente el antivoto pudo más y Humala terminó victorioso en las urnas aunque algo quedó claro del debate: Keiko Fujimori no tenía cancha y Humala era ‘el mal menor’.

Considerando todo lo previo, ¿qué nos espera este domingo? Alan García dijo recientemente que los debates no son “para destriparse con personas ni participar en peleas de gallos”, pero ya hemos visto que el candidato ha sabido dar golpes.

Verónika Mendoza tiene la esperanza de “por fin darnos un tiempo para las propuestas”, mientras que su contendor en el sorteo, Alejandro Toledo, ya dijo que “dos minutos no permiten entrar al contenido de las propuestas”.

EXTRA: El 2011 también tuvimos un debate con varios candidatos en la primera vuelta y esa experiencia previa también nos da una idea de lo que se viene. Basta recordar a Humberto Pinazo, cuya enredada oratoria fue la materia prima para una de las parodias más inolvidables de ese momento.

Algunos dirán que no se le entiende, otros que se pasó de apasionado. Lo cierto es que aportó al debate la dosis necesaria de comedia que el público pedía. Como van las cosas en estas elecciones, quizás este sea un momento oportuno para revivir el viejo hashtag #SalvanosPinazo.


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