Respirar es un acto involuntario que nos mantiene vivos. Sin embargo, prestarle atención y aplicar ciertos ajustes puede mejorar notablemente nuestra salud.
Algo tan sencillo como respirar lenta y profundamente, utilizando el diafragma y el abdomen, regula el ritmo cardíaco y la presión (la respiración rápida y superficial, desde el tórax hacia arriba, produce el efecto contrario). Un ejercicio así podría resultar de gran ayuda para las personas hipertensas.
Respirar lentamente influye de manera notable en los sistemas parasimpático (responsable de la relajación del cuerpo, por ejemplo) y simpático (encargado de la frecuencia cardiaca, entre otras cosas). Así, una respiración calmada puede aumentar la relajación y calmar las reacciones nerviosas.
RUTINA SENCILLA
Respirar lenta y profundamente es fácil, pero estamos tan acostumbrados a no hacerlo que, al principio, podría resultar complicado. Si está interesado en aprender a respirar bien, estos tres consejos le serán bastante útiles.
- Uno: inhale de tal modo que pueda sentir que sus costillas y su abdomen se expanden mientras sus pulmones se llenan de aire. Es una sensación muy agradable.
- Dos: exhale suavemente y sienta cómo sus pulmones liberan el aire. Se siente muy bien, ¿verdad?
- Tres: repita este ejercicio una y otra vez, durante 10 minutos diarios. Poco a poco, el cuerpo se acostumbrará a inhalar y a exhalar correctamente.
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