Un Mito a derribar
Los diplomados y maestrías virtuales no son más fáciles que los presenciales. De hecho, el estudiante necesita poner a prueba su compromiso y su esfuerzo para salir airoso.
Disponibilidad inmediata
Los contenidos de un programa virtual siempre están disponibles a cualquier hora del día, accesibles desde cualquier lugar con Internet. Es una de las grandes ventajas de esta modalidad.
Hay que ser proactivo
Si crees que puedes llevar un programa virtual y ser un “fantasma”, te equivocas. Por lo general, la modalidad en línea exige la participación de los estudiantes en chats, foros y otras áreas académicas de cada curso.
Horario flexible
Los programas académicos virtuales permiten que el estudiante tenga más opciones a la hora de organizar sus actividades. Si trabajas o tienes familia, es ventaja que agradecerás mucho.
La disciplina
Una paradoja tecnológica: el mismo dispositivo que permite acceder a más conocimiento también es una puerta a grandes distracciones. Saber desconectarse es un desafío.
Seguimiento constante
Aulas virtuales, sesiones de chat, videoconferencias, entre otros, son recursos vitales en la educación virtual, pues permiten que la comunicación con los docentes y los compañeros de clase sea fluida y que nada tenga que envidiar a la modalidad presencial.
¿Sabía que?
- Se puede ahorrar en transporte, impresión de materiales o copias, en fin.
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