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"No me siento el mejor actor que hay en el Perú"

“En el teatro peruano hay mucha gente nueva, gente con mucho talento”, nos dice Diego Bertie, quien este jueves estrena su segundo montaje como director.

Foto: Nancy Dueñas.
Foto: Nancy Dueñas.

Diego Bertie,Actor
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Diego Bertie se llena de obligaciones y en menos de una semana será director y actor de teatro. Como director, este jueves estrena en el Icpna de Miraflores, Shakespeare R&J, un intenso drama –con toques homoeróticos– donde habla de la reconciliación. Y el 9 de mayo estrena, en el Marsano, La novicia rebelde, comedia musical dirigida por Oswaldo Cattone. De todas sus facetas hablamos en esta entrevista.

Como director has decidido entrar al mundo de Shakespeare.
Shakespeare R&G no es Romeo y Julieta, sino la historia de cuatro alumnos de un colegio católico, muy cuadriculado, donde se prioriza la ciencia sobre el arte. Estos chicos, a escondidas, deciden montar obras de Shakespeare, y todos los personajes, hombre y mujeres, son representados por ellos. Esto crea una historia paralela de amor entre dos de los estudiantes, lo que genera distintas posturas acerca de los afectos, y les abre una ventana a su humanidad, pues el mundo donde viven es muy restringido. Montar Romeo y Julieta es el pretexto para que afloren todas sus pasiones, todas sus frustraciones, todas sus soledades. A través de los personajes de Shakespeare se encuentran consigo mismos.

Detrás de Romeo y Julieta hay más que una historia de amor…
Así como Romeo y Julieta habla de la reconciliación de dos familias, Shakespeare R&J habla de la reconciliación de estos cuatro estudiantes, de su encuentro con verdades que van a tener que aceptar, respetar y hasta pelear. Por ejemplo, la obra toca el tema de la mujer: en este mundo machista esta es vista como un acompañamiento, como algo que enaltece al hombre, pero es este quien gobierna. Sin embargo, al terminar la obra, tanto los personajes como el público aprenderán a valorar a la mujer, a respetarla.

El montaje presenta un amor homoerótico. En ese contexto, resulta hasta contestataria…
Por supuesto. Lo que estos estudiantes realizan es tan prohibido y tan peligroso como la historia misma de Shakespeare en Verona. A estos jóvenes, montar obras de Shakespeare les permite tener un acercamiento que no habían tenido antes. Sin embargo, yo he sido muy cuidadoso, y he evitado escenificar los varios besos que planteaba la versión original de la obra, y he tratado de mostrar la pasión y el amor usando otros recursos.

¿Sientes que el público peruano se escandalizaría mostrando besos entre hombres?
No, lo hago porque pienso que no es necesario mostrarlos. Esta es una historia de amor, de amistad.

Me parece interesante el uso del arte como vehículo para inculcar tolerancia, el respeto a la diferencia…
Acá debemos volver al gran tema de la obra: la reconciliación, y la reconciliación implica el respeto mutuo entre las personas. Por eso, en Shakespeare R&J se habla del homoerotismo, del machismo, de la homofobia, de la familia, de la sociedad patriarcal, etcétera. Por eso, resulta tan actual, por su conocimiento profundo de la humanidad.

Te recuerdo protagonizando obras de Shakespeare, ¿extrañas esa intensidad?
Me encanta dirigir una obra como Shakespeare R&J porque estoy gozando todo el texto y descubriendo, a través de los actores, su cotidianidad, su humanidad; cuánto nos falta por entender o comprender del otro. Y sobre mi papel como actor, puedo reconocer que en mi cabeza retumban más estos textos que los de una comedia… y esto pasa por su complejidad.

Has trabajado con varios de los mejores directores peruanos de teatro…
Y me siento orgulloso de ello. En todos los montajes en los que he estado, siempre he tratado de plantear soluciones, no soy de los actores que esperan que el director les diga qué hacer. Por eso mis ganas de dirigir. Más que enseñarles la meta, a mis actores los guio por un camino.

¿Recuerdas tus primeras obras: Yepeto, La vida es sueño?
Claro. No sé si fue mi mejor época como actor. Cuando llevas 25 años en esta carrera pasas por todo. Además, el teatro es cíclico: hoy se está haciendo mucha dramaturgia estadounidense, pero hace poco se hizo mucha comedia. Sí sé que al inicio de mi carrera como que se me juntaron todos los dramas, y fue agotador.

Por entonces había una especie de consenso y se te consideraba uno de nuestros grandes actores…
(Ríe). Pero también me decían “¿por qué siempre haces cosas sufridas?”. En algún momento me creyeron incapaz de hacer una comedia o un musical. ¿Hoy no se diría que soy el mejor actor peruano? Seguramente no, y eso pasa porque hay muchos más, el panorama de las tablas ha crecido, y yo no me siento el mejor.

¿Y te gusta lo que has hecho en tus 25 años de carrera?
He hecho lo que he querido. Por ejemplo, hoy me toca dirigir y actuar. Como director, en Shakespeare R&J, abordo los temas que, como ciudadano, me interesan; como actor, en La novicia rebelde, divierto a la gente.

AUTOFICHA

- Llegué a Shakespeare R&J por un viaje que hice a Brasil, pero no pude verla. Igual, compré la obra y me gustó tanto que decidí traducirla y, luego, montarla.

- Mi hija tiene un perro que le ayudo a criar, que nos une más. Mi relación con ella es muy buena. Como yo, es muy musical y le gusta cantar.

- En política hay tanto enfrentamiento, tanta mentira y tanta manipulación que no me caso con nadie. Pero si hay que salir a protestar por una injusticia, lo haré.


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