Alexandra Ames: Pero esto no se trata de él; se trata de nosotros

Releyendo el plan de gobierno de APP y confrontando sus ideas con los últimos acontecimientos respecto a la probidad de César Acuña, encuentro serias contradicciones que me llevan a escribir este artículo y, como ciudadana, a pedir explicaciones.

¿Cómo puede el partido APP trazarse el objetivo de “garantizar la idoneidad y probidad de los candidatos a cargos de elección pública” si ni siquiera hoy Acuña puede garantizar eso de él mismo?

¿Cómo pueden los postulantes al Congreso por su lista darnos confianza si la mayoría de ellos se encuentran defendiendo situaciones turbias y, al hacerlo, terminan enredándose más, y en ese rol la turbiedad termina salpicándoles? ¿Cómo pueden ellos, que en su momento se hicieron políticos reconocidos por defender valores como la integridad, la dignidad y la ética, minimizar ahora esos mismos valores?

Muchos de los que van en la lista por APP fueron férreos críticos de aquel estilo fujimorista que hoy pareciera caracterizar a Acuña y a todo el sistema erigido por él.

¿Cómo puede prometer APP “fortalecer las organizaciones políticas, promoviendo una democracia interna plena y la participación de los sectores debidamente representados” si en las últimas semanas se han presentado renuncias masivas de militantes indignados al interior del país porque no se respetaron los procedimientos para escoger a sus candidatos?

Lo que ingenuamente esperé que suceda tras la renuncia de Jaime Delgado fue una dimisión en cadena de todos sus candidatos al Congreso, al menos de aquellos que en su momento fueron inspiración para mí, que me hicieron creer que aún hay gente seria en política. Hoy, al verlos en este rollo, me causa mucha tristeza. Sinceramente, todos ellos quedaban mucho mejor permaneciendo en los partidos de donde venían antes que uniéndose a un líder que pareciera alejarlos de su propia esencia.

*Fuente: Plan de Gobierno 2016 APP, pág. 54