En economía existen dos conceptos básicos que están al margen de ideologías: la escasez y el costo de oportunidad. Coloquemos un ejemplo. El gobierno tiene una cantidad de dinero disponible para ser usada y que ha sido obtenida de los impuestos que todos pagamos. Si decide usar, digamos, el 30% en educación nadie estaría en desacuerdo. Eso no quita que lo que tengamos que tomar en cuenta es que al hacerlo se dejan de usar esos recursos en otros fines como, por ejemplo, salud. Algunos dirán pero entonces que un 30% más se use en salud. Ya solo queda el 40%. Asumamos que esa parte se usa para seguridad e infraestructura.
¿Qué debemos tener claro? Que la escasez obligó a tomar una decisión. Si ya se decidió que el 30% se use en salud, el costo de oportunidad se representa por los beneficios que habría traído a la sociedad usarlos en otra finalidad. De ahí que se deba ser cuidadoso y transparente en el uso de los recursos.
En las últimas semanas, el Perú ha sido azotado por la naturaleza; ahora viene la reconstrucción de familias que lo han perdido todo. ¿Y de dónde saldrá el dinero? Pues habrá que “quitarle” a algún otro objetivo. ¿Mi propuesta? Dejar de lado los Juegos Panamericanos y usar ese dinero en reconstruir la vida y la esperanza de cientos de peruanos que lo perdieron todo. No faltarán quienes digan que todos los recursos son privados. No es así.
Todas las decisiones que tomamos, como personas, empresas o gobiernos, se caracterizan por la escasez (los recursos no alcanzan para hacer todo al mismo tiempo) y por el costo de oportunidad (lo que perdemos por usar los recursos escasos en un fin y no en otro). Eso supone tener prioridades. Los gobiernos ven el bienestar social. ¿Alguien podría hoy decir que es mejor usar los recursos del gobierno en la organización de los Panamericanos en lugar de invertirlos en las personas afectadas por los desastres naturales? ¿Me lo podrían explicar?
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