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Opinión

A las 9:29 p.m., pasado mañana lunes, los rayos del sol caerán verticalmente en un punto de la línea ecuatorial ubicado en el Pacífico, muy cerca de Nueva Guinea.

Abraham Levy,Opina.21
alevy@ambiand.com

A las 9:29 p.m., pasado mañana lunes, los rayos del sol caerán verticalmente en un punto de la línea ecuatorial ubicado en el Pacífico, muy cerca de Nueva Guinea. En ese momento, terminará el invierno y empezará la primavera.
Se le llama equinoccio a ese preciso momento. Viene del latín y significa: noche igual. En ese día, la noche dura igual en ambos hemisferios.

A partir de allí, el hemisferio sur se pondrá de cara al sol y, con ello, la naturaleza en su conjunto empezará a mostrar su magia: se producirán, así, cambios muy visibles en el clima y la geografía.

La costa empezará a calentar día a día. Proceso que, considerando un muy posible fenómeno de El Niño débil durante los siguientes meses, nos llevaría a un verano algo (no mucho) más cálido que lo habitual.

La sierra, que ya empezó a presentar lluvias, quizá no las tenga en abundancia, ya que El Niño débil está, generalmente, vinculado a temporadas igualmente débiles de lluvias en los Andes. Cuando esto sucede, los días de sol en la costa son más cálidos en las tardes –por menos nubosidad proveniente de la sierra– que lo acostumbrado. Buena noticia para los playeros.

En la selva, el clima se tornará muy cálido y tropical como es habitual. Sol y lluvias.


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