Uno de los pilares fundamentales en los que se cimienta el machismo y, por ende, la violencia de género son los estereotipos sobre los roles de género, es decir, ideas predeterminadas, prejuicios o generalizaciones sobre cómo son o deben ser un hombre y una mujer, sus virtudes y defectos. Estos estereotipos se transmiten en casa, en la socialización con pares y muy fuertemente a través de los medios de comunicación, especialmente en la publicidad.
Es así que, con mucho tino, el presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, en su discurso para ganar el voto de confianza ante el Congreso señaló: “En alianza con el Consejo Consultivo de Radio y Televisión, medios de comunicación y empresas publicitarias, y a través de las redes sociales, reduciremos estereotipos sexistas en la comunicación…”. Esperemos que ello tenga un impacto real en la autorregulación publicitaria y en los laxos criterios que el Indecopi ha venido aplicando ante denuncias contra publicidad sexista.
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