Marisol Pérez-Tello

Debiera ser la presidenta de la comisión Martín Belaunde Lossio (MBL). La importancia del cargo así lo justifica, y también el devenir de los resultados de la investigación, tanto para la oposición como para el mismo gobierno.

Lo que está en juego no se reduce a los matices de las medidas económicas ni a si la Policía Nacional brindará o no seguridad a los partidos de fútbol. Tiene que ver ya no solo con un temblor que afectaría la gobernabilidad, sino con un terremoto que podría poner en cuestión todo el régimen político. La corrupción es un misil disparado contra la línea de flotación de la democracia.

Lo confieso, soy de los que creía que Martín Belaunde Lossio era solo un ludópata, aprovechado operador de las relaciones políticas ganadas durante la campaña electoral y que los verdaderos tiburones eran otros.

Me equivoqué. Martín Belaunde Lossio es uno de los tiburones; aunque los otros y otras han empezado ya a jugar sus fichas.

Marisol Pérez-Tello es una congresista del Partido Popular Cristiano (PPC), honesta y transparente a carta cabal que no se presta a ningún cubileteo si lo que está en juego son la verdad y la dignidad.

La he visto acompañando a los deudos de las víctimas de la violencia política y también denunciar a la empresa causante del derrame del petróleo, ensuciándose los zapatos y la cara en la selva junto con las familias indígenas perjudicadas.

Ojo, que el oficialismo quisiera que la presidencia de la comisión MBL recayera en alguien manipulable y que se deje presionar (la vicepresidenta Marisol Espinoza es una excepción), con el argumento inmoral de que hay que “proteger” al gobierno de los ataques aprofujimoristas, aunque sea haciendo concesiones a los corruptos.

Es una lástima lo que pasa con la bancada de Gana Perú. Se ha convertido solo en un contingente útil para las maniobras de los de arriba. Y así creen ganarse indulgencias para la reelección.