22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

“El Ejecutivo no ha movilizado su capacidad para afrontar un fenómeno que se veía venir”.

A la lamentable rutina anual de los huaicos se le debe sumar un asunto estructural, señalado por Beatriz Salazar, investigadora del Centro Peruano de Estudios Sociales, en Noticias SER: la vertiente oriental de los Andes, es decir, la sierra y la Amazonía, “tiene más del 95% del agua dulce disponible del país, pero ahí hay relativamente poca población”. Por el contrario, “en la vertiente del Pacífico solo hay un 2% de agua dulce disponible (…), pero ahí se asienta más del 50% de la población del país”.

El problema de la escasez estructural de agua en la costa plantea desafíos inmediatos con relación al tipo de producción que se promueve. Salazar cuestiona los megaproyectos, porque requieren una gran cantidad de agua y esfuerzos de trasvase de una a otra vertiente. Finalmente, convierten en insostenible el recurso agua no solo para la producción sino incluso para cubrir las necesidades cotidianas de los habitantes.

El efecto de los desastres naturales tiene que ver no solo con la capacidad destructiva de la naturaleza, sino también con la ineficacia del Estado peruano –y de la sociedad– para prevenir situaciones recurrentes.

Es cierto que este tipo de problemas no los puede resolver gobierno alguno en escasos seis meses. Pero el Ejecutivo no ha movilizado su capacidad para afrontar un fenómeno que se veía venir. Llama la atención la falta de iniciativa del Ministerio de Agricultura. Porque si bien no se pueden controlar los huaicos –ni las sequías–, debería haber una rápida capacidad para minimizar los efectos sobre la población, en especial la que tiene menos recursos para recuperarse.

No deja de llamar la atención que ante las recientes inundaciones el Ejecutivo haya declarado en emergencia solo la región Ica, y no Huancavelica o el sur de Ayacucho. Aunque es probable que el uso de indicadores como la concentración de cultivos y de población ubique a Ica como la región más afectada, resulta absurdo que las otras regiones nombradas no se beneficien de una decisión similar.


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