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"El sida no discrimina, todos podemos tenerlo"

“Si nos fijamos en las enfermedades infecciosas, el VIH sigue estando en el primer grupo, y es el responsable de la muerte de muchos pacientes, pues el acceso al tratamiento no es universal”, dice la descubridora del VIH.

Foto: Francoise Barré-Sinoussi.
Foto: Francoise Barré-Sinoussi.

Francoise Barré-Sinoussi,Premio Nobel
Autor: Gonzalo Pajares.*
gpajares@peru21.com

La Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) acaba de nombrar Doctor Honoris Causa a la científica francesa Francoise Barré-Sinoussi, quien en el año 2008 recibió el Premio Nobel de Medicina por haber descubierto, a inicios de los años 80, el VIH, el virus que origina el sida. En esta charla, nos dice que hay que estar alertas, que el sida aún es una epidemia mundial.

¿Siempre tuvo claro que la medicina era su vocación?
Es una pregunta muy difícil. Lo único que sé es que desde pequeña me interesaron mucho los seres vivos y su observación, ya sean animales, plantas o humanos. Por eso, en la escuela, las ciencias biológicas me resultaron muy fáciles. Ya en el colegio estas ganas se convirtieron en una posibilidad de estudio, de dedicarme a la medicina, pero incluso en ese momento la investigación, la ciencia no aparecían como opciones. Me explico, cuando uno dice: “Voy a ser médico” se refiere a algo tangible, pero cuando se dice: “Voy a investigar” las cosas no son tan claras.

La observación y la curiosidad han sido importantísimas en su vida…
Por supuesto. Es más, creo que por estas dos características que eran innatas en mi personalidad me dediqué a la ciencia, a la investigación. Sin ellas, mi vida profesional sería inimaginable. Otro requisito fundamental es poner en cuestión todo lo que aparece como dado, inamovible. Además, hay que ser perseverante: la vida del científico no es una vida fácil. No me gusta usar esta metáfora, pero es una especie de juego con uno mismo; uno se cuestiona todo el tiempo.

Como mujer, ¿le costó mucho abrirse terreno en el campo de la ciencia?
Felizmente eso está cambiando. Yo me dedico hace más de 40 años a la investigación. Cuando empecé en esto no era fácil: los hombres ocupaban los más altos cargos y algunos trataron de desmotivarme porque no creían que la ciencia era un buen oficio para una mujer, creían que nosotras deberíamos quedarnos en casa, ocupándonos de la familia, de los hijos. Sin embargo, esto, en lugar de desmotivarme, me dio más fuerzas, y, en lugar de dejarme vencer, empecé a luchar para demostrarles a estos señores lo que una mujer era capaz de hacer. Es decir, al final, el machismo de algunas personas fue estimulante para mí. Por entonces, en el Instituto Pasteur, donde todavía laboro, trabajábamos unas cuatro o cinco mujeres, no más, pero actualmente hay igual cantidad de científicos hombres como de investigadoras mujeres.

¿Cómo llegó a la investigación del VIH?
Yo investigaba, desde la universidad, algunos virus, y no olvidemos que el VIH es un retrovirus. Yo era experta en retrovirología. Al inicio estudié los virus en los animales, sobre todo, en ratones, y las relaciones entre los diversos retrovirus y los diferentes tipos de cáncer, de leucemia. Fue así que llegué al VIH. Cuando la epidemia del sida llegó a Francia, los médicos clínicos buscaron a los científicos del Instituto Pasteur porque recordaron que nosotros investigábamos algunos retrovirus, y sospechaban que un retrovirus podía ser el causante de esa enfermedad por entonces emergente.

En los años 80 y 90 había una gran preocupación por el VIH/sida. ¿Esto ha cambiado hoy; nos estamos descuidando?
Esto tiene una explicación: como los pacientes pueden seguir un tratamiento, actualmente el VIH es visto como una enfermedad crónica como la diabetes, la presión alta, o como una infección o patología como cualquier otra. Hoy, con respecto al VIH, existe una falta de interés por parte de los medios de comunicación y de los políticos y esto, repito, porque las personas pueden vivir con él, lo que era imposible en los 80.

¿El tratamiento se ha universalizado? ¿Llega a todos?
Hace años se creó el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, y este ha dado resultados, sin duda. El esfuerzo fue mundial y sin precedentes, pero no debemos descuidarlo, debemos estar siempre alertas.

¿Actualmente, el VIH/sida ya no es un peligro de salud pública?
Sigue siendo un problema de salud pública. Si nos fijamos en las enfermedades infecciosas, el VIH sigue estando en el primer grupo, y es el responsable de la muerte de muchos pacientes, pues el acceso al tratamiento no es universal. Si bien de 2001 a la fecha ha habido una reducción del 38% de los casos a nivel mundial, la epidemia aún existe e, incluso, aumenta en algunas regiones como Europa del Este, la ex Unión Soviética, África del Sur, etcétera. Es decir, no debemos ilusionarnos con las cifras globales, sino fijarnos en los lugares específicos o poblaciones vulnerables donde la epidemia está aumentando.

¿El VIH/sida es una enfermedad de la pobreza?
El sida, la tuberculosis y la malaria son enfermedades de la pobreza… y lo han sido desde hace muchos años. Pero no hay que olvidar que el VIH/sida no solo afecta a los pobres, llega a todos los estratos, desde intelectuales a millonarios y figuras del espectáculo. El VIH no discrimina, todos podemos contagiarnos.

¿Cuándo habrá una vacuna contra el VIH?
A mí no me pida fechas, jamás le diré ninguna, ni para la cura ni para la vacuna. Yo soy científica, no soy maga ni veo el futuro. No podemos darle una falsa esperanza a la gente que vive con el VIH.

AUTOFICHA

- “Me dedico hace más de 40 años a la investigación. Cuando empecé en esto no era fácil: los hombres ocupaban los más altos cargos y algunos trataron de desmotivarme porque no creían que la ciencia era un buen oficio para una mujer. Pero me dio más fuerzas”.

- “A mí no me pida fechas, jamás le diré ninguna, ni para la cura ni para la vacuna (de esta enfermedad). Yo soy científica, no soy maga ni veo el futuro. No podemos darle una falsa esperanza a la gente que vive con el VIH”.

- “Personalmente, el Premio Nobel no me ha dado ninguna ventaja. Ahora, sí es verdad que algunas puertas, sobre todo a nivel político (presidentes, ministros, autoridades), se abren para ser la voz de las personas con VIH y de los científicos que lo investigan”.


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