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Opinión

Simone y Marianne tuvieron biografías muy diferentes y, sin embargo, compartieron una esencia común: la lucha por la democracia y por la tolerancia. Simone, judía francesa, se dedicó a la política ejerciendo el cargo de ministra de Salud, fomentó leyes liberales como el derecho al aborto y sobresalió como la primera mujer presidente del parlamento europeo en 1979. Marianne, judía venezolana, hija de inmigrantes, fue una gran intelectual que desde la sociedad civil formó conciencia sobre derechos humanos y justicia social en medios académicos y universitarios que hoy son la fuerza demócrata de su país.

Simone y Marianne propagaron sus visiones de tolerancia desde perspectivas diferentes, pero a partir de una misma referencia: el Holocausto. Simone lo hizo como sobreviviente del campo de concentración Auschwitz. Marianne fundó en 2006 la ONG Espacio Anna Frank. A través de la experiencia de la adolescente que, por medio de su diario, logró transmitir la tragedia del totalitarismo nazi que la condujo también a Auschwitz, Marianne promovió el respeto al diferente y la valentía moral en un país que se encaminaba hacia ese sistema político.

Simone Veil (Z’L) falleció el 30 de junio y fue enterrada en el Panteón de París por iniciativa del presidente Macron. Marianne Kohn Beker (Z’L) dejó la vida terrenal el 5 de julio y fue sepultada en un cementerio judío de Caracas.

¿Tengo derecho a usar un espacio periodístico para honrar a una mujer de menor trascendencia mediática como Marianne a la vez que a una figura pública más conocida como Simone? Sí, porque quien tenga el privilegio de toparse en la vida con personas como Marianne, hará algún impacto importante sobre varias más por las huellas que gente como ella nos dejan en el camino.


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