17.MAY Viernes, 2024
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Última actualización 08:39 pm
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Opinión

En un artículo de la semana pasada, Mercedes Aráoz planteó la disyuntiva de si la informalidad es un tema cultural o el resultado de un perverso sistema regulatorio basado en altos impuestos, su forma de recaudarlos; en una rígida legislación laboral; y en una excesiva carga de trámites para las pymes, además de su enorme vulnerabilidad. Para Mercedes Aráoz, el problema está en la regulación y no en la cultura de los peruanos.

Paralelamente, observamos la frustración ante la incapacidad de materializar los proyectos de infraestructura y contrarrestar la menor inversión del sector minero. Y es que, paradójicamente, la gestión de los proyectos de infraestructura sufre cada vez más, a pesar de un flujo normativo basado en continuos cambios cuya principal justificación es la facilitación de los proyectos. Y podría seguir con más ejemplos.

Franco Giuffra hace un agudo análisis sobre la reciente promulgación de una ley en lo penal, exponiendo claramente la capacidad de nuestros legisladores para producir confusiones legislativas (las llama mezcolanzas).

La informalidad es un problema cultural de dos frentes. Está la de los ciudadanos llamados a cumplir las leyes (lo vemos diariamente en las calles), y frente a la cual se encuentra la confusión de su contraparte: las personas e instituciones llamadas a crearlas. En conclusión, lo que parece haber, más que un problema de capacidades, es una profunda incomunicación cultural entre el Estado y sus representados.

Luis Carranza demuestra la necesidad de reformas estructurales para el aumento de la productividad como condición clave para crecer, lo que requiere capacidad técnica y apela a un indispensable camino político para un verdadero cambio. Y en ello ya parece haber un interesante consenso: un cambio de cultura no se logra con la ejecución de metas técnicas, sino con claros objetivos políticos.

En esto estoy de acuerdo con Fernando Vivas. Con la voluntad política despistada y distraída en pugnas destructivas, los objetivos técnicos también se despistarán.


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