Claudia Cooper: Una visión de futuro

Estaba preparando una presentación sobre el Perú para inversionistas chilenos y pensaba cómo debía estructurar una visión optimista y realista sobre el futuro del país. Pensé que lo mejor sería distanciarme del pesimismo coyuntural y mirar al país desde una perspectiva de largo plazo. Me di con que la economía, aunque con dificultad, avanza lentamente hacia su sostenibilidad de largo plazo.

El gobierno de Toledo fue de apertura comercial y de construcción de un sólido marco fiscal. Reformó una parte crucial del sistema de pensiones estatal con el cierre del régimen 20530, estableció reglas fiscales y reformuló la política de deuda pública a través de los programas de bonos globales y soberanos.

El gobierno de García consolidó la apertura comercial con la firma del TLC con EE.UU. y priorizó la inversión pública y privada, estableciendo un nuevo benchmark de gasto de inversión pública sobre el PBI que casi triplicaba el de la década anterior. En cuanto a la inversión privada, la ubicó como prioritaria en la agenda política y creó las asociaciones público-privadas, así como el régimen de obras por impuestos. Esto ayudó a potenciar el ciclo económico y ubicar al Perú en la élite mundial del crecimiento.

El gobierno actual, a pesar de su distanciamiento de la inversión privada, ha sido audaz en el inicio de procesos de reformas de largo aliento, buscando incluir a todos en el desarrollo del país; de conseguirse, ayudará a reducir la incertidumbre política que envuelve al Perú en cada elección. Inició las arriesgadas reformas en educación y salud, y profesionalizó los programas sociales. Además, enfrentó nuestro problema de dependencia minera proponiendo un plan para diversificar la estructura productiva. Esperemos que el siguiente gobierno no pare este avance. Hay que retomar la confianza de la inversión, consolidar las reformas de largo aliento ya en operación e iniciar las que quedan pendientes: reforma política e informalidad y reforma laboral.