E n esta nota me gustaría disipar algunas dudas que percibo en el ambiente respecto al proyecto que hemos llamado Qatar 2022. En este momento, sin lugar a dudas, lo inmediato y lo más mediático es la elección del técnico de la selección absoluta, que como es de conocimiento de todos será Ricardo Gareca. Él debe estar en Lima la semana que viene para firmar su contrato. La tarea del entrenador es específica: tratar de llevar al equipo al Mundial de Rusia 2018. La FPF apunta a darle todas las facilidades y respetar su proceso de trabajo, porque acá hemos sido reyes en cortar ciclos. Paralelamente a la selección absoluta, la FPF ha decidido contratar un profesional que arme y dirija la Unidad Técnica de Menores. ¿El objetivo? Formar una base sólida de jugadores y articular un plan de trabajo para llegar bien a las siguientes eliminatorias. Esto no será nada fácil, pues no solo se trata de lo relacionado con el juego y el entrenamiento. Y allí está el papel de la federación, clave para que este proyecto se vea revestido de algo sólido. Hablamos de mejorar los campos de juego y de plantear una real exigencia en el trabajo de menores en los equipos profesionales. Esa exigencia se trasladará, después, a todos los clubes que intervengan en torneos organizados por la FPF, como la Segunda División, por ejemplo. Al mismo tiempo habrá que revisar la bolsa de minutos y el torneo de Promoción y Reserva, productos que se crearon con la intención de favorecer la aparición de futbolistas jóvenes, pero que se pueden mejorar. Acá nos acostumbramos por mucho tiempo a esperar que surgieran jugadores de la nada, que nos cayeran del cielo. En otros países entendieron que hay que crear una plataforma para que ello ocurra, y por eso nos sacaron ventaja. Esto que queremos comenzar en el Perú nuestros vecinos lo aplican desde hace tiempo, así que vamos en desventaja. Reinaldo Rueda calzaba perfecto para comandar esa Unidad Técnica. Desgraciadamente, a último momento desistió, algo que a mí me sorprendió mucho. Hasta ahora no encuentro una explicación para ese desenlace, pero lo mejor es enfriar las cosas un poco para sacar conclusiones y ver en dónde fallamos. Sin embargo, el proyecto Qatar 2022 va sí o sí porque es la bandera de la FPF. Si este trabajo es bien llevado, estoy seguro de que dará resultados. Estoy seguro, también, que el problema que se originó con la negativa de Reinaldo se aclarará en breve, a fin de que la gente involucrada saque conclusiones. Es una lástima lo que pasó, pero ya está… No voy a renunciar, hay muchos proyectos por trabajar. Sigamos para adelante y veamos lo mejor para nuestro fùtbol.
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