26.ABR Viernes, 2024
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Opinión

Habló para todos y no tuvo que mencionar la palabra ‘inclusión’. Hizo levantarse a sus ministros para que los vieran, con eso dejó claro que confía y delega; ellos le reportarán a él, para lograr alcanzar el sueño de tener un país que brinde oportunidades.

El discurso matizó aspiraciones para la agenda nacional con toques emocionales: se dirigió a sus hijos al hablar del futuro, y al legado de su padre en el tema de salud.

El comportamiento de Fuerza Popular es comprensible como consecuencia de la segunda vuelta electoral. Sin embargo, si es que no se logra poner el interés nacional por encima del partidario, ese escenario soñado para muchos peruanos (que sentíamos que, después de mucho, podíamos escoger entre bueno y mejor) podría ser otra oportunidad perdida y continuar siendo el país que ‘casi la hizo’.

Felizmente, el candidato de la campaña se parece muy poco al hoy presidente. Hemos recuperado a esa persona inteligente y con peculiar sentido del humor; políticamente incorrecto porque siempre dice lo que piensa. Ya vimos que no tendremos un presidente almidonado y distante, sino campechano. Pero, cuando entra o sale el presidente, todos se paran. Eso es respeto a la democracia y a la investidura de un jefe de Estado.


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