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Opinión

…por no escribir, un 24 de diciembre, sobre alguna noticia conmovedora o un evento alentador.

Perdón por recordar en este día el drama que sufren los venezolanos a causa de la dictadura. Como bien describe la periodista Charito Rojas en su artículo Cuento rojo de Navidad (14-12-2016), padecen otra locura de Maduro: “(…) ordena recoger en 72 horas 6,111 millones de billetes de 100 bolívares, equivalentes al 77% del circulante nacional (…)”, y ejecuta “la brutal toma de Kreisel, el mayor fabricante y distribuidor de juguetes del país, y la subsiguiente declaración del presidente y su sonrisita anunciando ‘Ya los niños tienen su Niño Jesús’ confirma este negro periodo de un gobierno que no honra sus deudas con el sector privado y se cree propietario de lo que roba (…)”.

Lo que no tiene perdón, en estas fiestas, es ignorar la peor masacre realizada en el siglo XXI, con el conocimiento de las grandes potencias y organismos internacionales, en la ciudad de Alepo, arrasada por la alianza del dictador sirio al-Assad con Putin (el hombre más poderoso de nuestros tiempos porque nadie se atreve a detenerlo), brigadas de Irán y de su grupo satélite libanés Hezbollah.

Imperdonable lo que ocurre en Alepo con sus más de 400 mil muertes (¡más de 200 mil en los últimos 6 meses!); sus miles de heridos y casi medio millón de desplazados, mientras la aviación rusa, los tanques sirios y los rebeldes continuaban la guerra sin otorgar treguas ni interesarse en minimizar la muerte de civiles.

Alepo es la Ruanda y la Sarajevo de nuestros tiempos. Símbolo de ineptitud política e indiferencia mundial de aquellos que salen a protestar cuando hay un conflicto en el cual Estados Unidos, Europa o Israel están involucrados.


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