19.MAY Domingo, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

Sudar es uno de los actos menos deseados por el ser humano. Una fiebre de invierno, un verano abrasador, un ascensor malogrado, una persecución inesperada, un deporte nuevo, uno antiguo que se dejó de practicar, una situación bochornosa. Nada de eso es bienvenido en nuestras vidas sin unas gotitas de sudor en la sien o una camiseta empapada de nuestras sales corporales.

Contra todo pronóstico, el curso de Educación Física en el colegio fue uno de mis favoritos por la sencilla razón de que me levantaba el promedio de las notas en casi dos o tres puntos. Medía un metro cincuenta y pesaba 45 kilos: no sudaba lo suficiente como para quejarme de mis “aceites corporales”. Mis otros compañeros, hablo de los que permanecen sentados en la banca y todos saben en la clase que reprobarían el curso, no se atrevían a hacer ejercicio por el descontrol absoluto en el que estaban sus glándulas sudoríparas.

No entendía cómo alguien podía sudar tanto si hacer ejercicio era algo tan sencillo. En los últimos años de la secundaria lo entendí. Alguno de mis amigos me invitó a jugar fútbol cuando descansábamos de la clase de Educación Física. Mi posición fue centrocampista, mis zapatillas unas Umbro y mi experiencia en el fútbol, nula. Ese día el sudor brotó de mí como la más grande de las cataratas de Canadá. Comprendí parte de las razones de por qué sudaban esos muchachos: el esfuerzo físico, la agitación y, sobre todo, esos compañeros infieles y traicioneros que aparecen cuando menos lo pensamos, los nervios.

Hice dos autogoles y toque la pelota con la mano en el área. ¿Quién iba a saber que eso era penal? A los pocos minutos, los equipos fueron replanteados y yo saldría hasta que uno de los dos equipos meta un gol, el que no metía el gol era el que se quedaba conmigo. Y es que para ser deportista no solo hace falta una condición física, sino una mental que no todos tienen. Es una suerte de lograr alcanzar la perfección del ser humano. Los deportistas tal vez lo logren algún día.

(christian.saurre@peru21.com)


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