20.ABR Sábado, 2024
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Opinión

“Parece que los alcaldes peruanos se han puesto de acuerdo para demostrar quién es el que más prohíbe y el que tiene la política pública más desfasada”.

Parece increíble que en esta época aún los ciudadanos tengamos que pelear con nuestras autoridades para defender derechos tan básicos como el uso libre de los espacios públicos, el reclamo a la transparencia y rendición de cuentas y la exigencia de una ciudad mejor, que no se deteriore con la colocación de un by-pass tras otro.

Por un lado, nos encontramos con la absurda medida de la Municipalidad de La Punta que prohíbe los juegos de realidad aumentada en el espacio público a través de una ordenanza. Todos los abogados y especialistas consultados por los medios de comunicación coinciden en lo risible e inconstitucional de dicha medida, y estoy segura de que en las oficinas de los creadores de Pokémon Go deben estar burlándose de ese distrito peruano que no entiende lo que significa el espacio público.

Por otro lado, ayer en el parque Castilla, en Lince, vecinos y usuarios convocaron a una reunión-protesta para reclamar su derecho a usar y disfrutar del parque, ya que la Municipalidad de Lince ha aprobado la Ordenanza 376, que prohíbe la recreación activa, es decir, jugar, correr, bailar, así como la aglomeración de personas y el comercio ambulatorio, pues les molesta la bulla y el desorden que las personas causan. Es decir, no puedes ir al parque Castilla a encontrarte con tus amigos para que tus hijos jueguen a la pelota y luego compren un helado al heladero. ¡De locos!
Los vecinos reclaman porque la propia Municipalidad de Lince es la que organiza actividades deportivas con música a todo volumen y ha concesionado parte del parque a una empresa privada que ofrece juegos para niños, previo pago. Los vecinos cuestionan la ordenanza, pues creen que se aprobó para evitar la competencia con este servicio pagado y no para prevenir la “bulla” que generan las actividades de ciudadanos con ganas de jugar, montar skate, bailar, hacer picnic y simplemente divertirse.

Parece que los alcaldes peruanos se han puesto de acuerdo para demostrar quién es el que más restringe, el que más prohíbe y el que tiene la política pública más desfasada y anticiudadana. Pero los ciudadanos estamos cada vez más enterados de nuestros derechos y sabemos que el libre tránsito, el uso democrático de los espacios públicos, el derecho a la recreación y nuestras ganas por mejorar nuestra calidad de vida no se garantizan con las autoridades que resultan electas. Al contrario, los ciudadanos debemos luchar por estos derechos y salir a reclamarlos.

Así que este domingo prepare sus mantas y pelotas, aliste unos sándwiches y unas frutas, y vaya a su parque más cercano a disfrutar de él, no vaya a ser que a su alcalde también se le ocurra prohibirle utilizarlo. Aproveche mientras aún pueda y tenga preparados sus carteles de protesta pues, uno nunca sabe, quizá los necesite más pronto que tarde.


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